Capítulo 45

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No sabía hacia donde moverse; hacia donde ir, tenía que recoger su mochila e irse de esa ciudad, lamentó haberla dejado en casa de su madre, ya no quería volver ahí. Sintiendo las lágrimas que habían corrido por sus mejillas secarse, caminó bajando la cuesta, sintiéndose sofocada y abrumada. Sentía pesadez en el pecho que le dificultaba respirar libremente, o tal vez era el cansancio después de caminar unos veinte minutos sin descanso a un paso apresurado, como si tratara de huir de algo.

Llegó hasta el nivel del puerto, pero no se acercó más a éste lo vio sólo a lo lejos, el sol ya había bajado, mas aún podía verse el resplandor de éste en el agua, miró a lo lejos no tan apartado del puerto. El negocio que había mantenido a la familia de su padre durante unas tres generaciones, esa empacadora pesquera, su padre y su tío trabajaron administrando ese lugar juntos durante años, ahora la parte que era de su padre le pertenecía a su madre.

Observó ese lugar durante varios minutos, reflexionando hacia donde ir. Mientras más bajaba el sol, se cuestionaba si sólo debía abandonar esta búsqueda de respuestas sobre ese posible parentesco e irse de nuevo de la ciudad, incluso comenzaba a considerar dejar su mochila y sólo ir directamente a la central de autobuses para regresar a Forddgul.

—¿Daphne? —escuchó a sus espaldas. Se dio la vuelta y sonrió viendo a la primera persona a la que en verdad sentía gusto de ver.

—Tío Joe —se acercó a él, éste sonrió al confirmar que era ella. Él la recibió con un abrazo que Daphne correspondió.

—No tenía idea de que estabas en Crowell —habló el hombre una vez que se separaron—, ¿qué te trajo de vuelta aquí?

Daphne abrió la boca para hablar, pero no pudo decir nada sobre la situación, sus labios sólo se movieron sin siquiera poder balbucear, finalmente cerró los labios, viéndose un poco incómoda. Ante su actitud Joe creyó entender lo que ocurría.

—¿Pasó algo con tu madre? —más que un cuestionamiento fue una afirmación. Daphne desvió la mirada, no queriendo admitir nada. No quería hablar con más personas de las necesarias sobre este tema.

—No exactamente —se limitó a decir.

—¿Quieres hablar de eso? —cuestionó el hombre, ella sólo negó— ¿Hace cuando llegaste a la ciudad?

—Esta misma tarde —contestó la chica—. No estuve mucho en casa, no ha sido un viaje agradable, ya estaba pensando volver a Forddgul —se mantuvo en silencio un momento

Su tío Joe. Fácilmente podía decir que había sido lo más cercano que había tenido a una figura paterna, era primo de su padre, el amigo más cercano de su madre, según lo que sabía, era la persona mediante la cual su madre había conocido a su padre. Siendo ella su única sobrina y dado que él no tenía hijos, siempre la trató como a una hija. Para Daphne su tío Joe siempre había sido un gran hombre, a veces no lograba entender cómo es que más que sólo ser el primo de su padre, también habían sido mejores amigos.

—Discutiste con Meredith —insistió Joe. Daphne arrugó el ceño, un poco reacia a contestar.

—Bueno..., sí —aceptó la chica.

Joe por supuesto estaba al tanto de todo lo que había ocurrido con Daphne y su madre desde aquel incidente con aquel universitario cuando ella tenía catorce años. No quería indagar sobre qué era lo que la había movido para venir aquí y qué había ocasionado este nuevo problema con Meredith si ella no quería hablar de ello en este momento.

—¿Ibas a la empacadora? —preguntó Daphne.

—Estaba por irme a casa. Venía del puerto. Y tú también deberías irte a casa, pronto oscurecerá —le sugirió. La chica negó.

Flor de Daphne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora