Capítulo 20

92 12 2
                                    

—Entonces, ¿Irás a Dryfield? —consultó Giselle sorprendida.

—Sí, mañana, mismo —contestó Daphne—, ya pedí un descanso por tres días en el salón.

—¿Tres días? —exclamó sorprendida la abuela.

—Bueno, no sabemos si esto durará mucho, veremos qué logramos en tres días.

Era ya de noche, Daphne hablaba con su abuela acerca de la búsqueda que haría con Ethan en Dryfield para hallar algo de información sobre la madre de éste. Ya había pedido un permiso en su trabajo el día anterior y había hablado hace unas horas con su tía Angelique.

—¿Ya hablaste con Angelique?

—Sí, mi tía dice que esto puede ser una pérdida de tiempo, pero no se opone a que vaya con Ethan —contestó la chica.

—¿Le contaste a qué lugar van?, ¿le contaste todo?

—No, claro que no —negó inmediatamente Daphne—, sólo le dije que había una pequeña posibilidad de que Ethan pudiera encontrar información sobre su madre. Traté de no ser demasiado específica. Espero que tú tampoco se lo cuentes.

—Mary…

—Por favor, ni siquiera debí habértelo dicho a ti. Ella no necesita saber eso —la mujer no se vio contenta con esto—. No se lo digas —suplicó Daphne.

—Está bien —la tranquilizó su abuela tomando sus manos—. Pero fuera de eso, por favor traten de mantener bajas las expectativas, sabes que no es muy probable que logren hallar las respuestas que están buscando.

Daphne se sintió un poco desanimada por esas palabras, pero sabía perfectamente que no había tantas posibilidades, aun así, sabía que Ethan tenía que intentarlo.

[…]

Daphne fue a la estación de autobuses ahí se encontraría con Ethan, habían acordado marcharse muy temprano; eran las cinco de la mañana. Cuando llegó, Ethan ya se hallaba ahí, en la entrada de la estación.

—Y pensé que yo había salido muy temprano de casa —dijo Daphne al verlo. Ethan enseguida le dirigió la mirada, sonrió ligeramente al verla.

Ambos llevaban en sus espaldas unas mochilas cargando sólo lo esencial para el viaje. Pasaron a la sala de espera, aún faltaba media hora para que su autobús partiera.

—Bueno —habló Daphne—, tenemos que hacer escala en un poblado a media hora de Dryfield ¿no?

—Sí, lo siento, no alcancé boletos directos —se disculpó Ethan.

—Descuida —le restó importancia Daphne.

—Tomaremos un taxi u otro autobús hasta Dryfield, e iremos directo a la comisaría, sé que debe haber algo ahí sobre los niños que estuvieron en el orfanato, pero si no logramos conseguir nada, entonces no habría mucho más que hacer, de ser así regresamos hoy mismo.

—Seguramente encontraremos algo —dijo Daphne sonriendo y colocando su mano sobre el hombro de Ethan.

—Aún estás a tiempo de cambiar de opinión —dijo el chico. Ella sólo negó con una sonrisa.

El viaje en el autobús fue más lento de lo que esperaban, después de cuatro horas llegaron a su destino, media hora más de lo que se habían planteado. Para entonces a casi las diez de la mañana el estómago de Daphne comenzó a reclamar a causa de no haber tomado un desayuno. Además, el olor de la comida que vendían en la calle por la que caminaban no ayuda mucho.

—Oye —le habló Daphne a Ethan mientras se dirigían a la estación para buscar su siguiente transporte.

—Dime —se detuvo el chico.

Flor de Daphne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora