Capítulo 3: Lord Shermont

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-Sibyl debemos ir a Clarence's a comprar vestidos nuevos. Mi hermano me dijo que dentro de poco se celebrará un baile en honor a Wellintong y estamos invitadas. Me gusta el vestido que llevas, es muy bonito. ¡Mirad! Ahí está James.- dijo Katerina sin apenas respirar. Corrió hasta su hermano dejando a sus acompañantes algo rezagadas.

-A veces me avergüenzo de Kat. Pero no en el mal sentido. Ella es tan... alegre y vivaz.- dijo Hazel.-¿Cómo la  soportas?- ambas se pusieron a reír.

-Bueno, supongo que será por que me he acostumbrado. Y por qué en el fondo soy igual. Es mi mejor amiga y la quiero, a pesar de que nunca se calle. Y mucha... mucha paciencia.

-A veces pienso que soy adoptada. Soy tan diferente a mis tíos. Si ni siquiera parecen mis tíos...- dice Hazel con un puchero.

-Bueno... eso es verdad. Pero tiene sus ventajas.- dijo Sibylla. Hazel le devolvió la sonrisa y fueron a saludar a James.

-¡Hazel! ¿Cómo esta mi sobrina favorita?- saluda James mientras la abrazaba.

-Por favor... soy tu única sobrina.

-Por eso eres la favorita.- contestó con una deslumbrante sonrisa.- Pero... ¡Sibyl! Como me alegro de verte. Te hemos echado de menos en la mansión.

- Bueno, ahora que ha regresado podemos divertirnos.- dijo Katerina riéndose.

-Desde luego que nos vamos a divertir...

-La última vez que nos "divertimos" acabe con un tobillo torcido y casi con una neumonia.- dijo Sibylla recordando las fiestas de James.

-Sí... pero... reconoce que te lo pasaste bien.

-Eso, amigo mío... es verdad.- todos comenzaron a reír. Sibylla se percató del hombre que acompañaba a James. Al ver que se había olvidado de su amigo, James corrió a presentarlo.

-Querida, quiero presentarte a mi gran amigo y primo Lord Shermont. Primo, esta es Lady Sibylla Crawford.

-Así que usted es Lady Crawford. He oído muchas cosas sobre usted.

-No se crea todo lo que se dice, Lord Shermont.

-En este caso creo que mis fuentes son buenas y por lo que veo, estaban en lo cierto.- sonrió seductoramente. Sibylla se sonrojo levemente ante el comentario y siguió a la comitiva al lado de Shermont.

Mientras sus amigos caminaban al frente, hablando animadamente del viaje reciente de James y preparando diversiones próximas, Sibylla se permitió observar a su acompañante. Era un hombre realmente apuesto. Dado que era un Knight, poseía ciertos rasgos que lo identificaban como tal. Tenia una abundante cabellera oscura, aunque en este caso mucho más oscuro que el de sus primos, que le llegaba por debajo de la oreja y peinado de una forma muy favorecedora. Poseía unos ojos de un azul claro, muy bonitos y una tez bronceada. Se notaba que era un hombre corpulento y fuerte,  con piernas largas y atléticas.

-Mm, perdón ¿que ha dicho?- dijo de pronto Sibylla. No se había dado cuenta de que le estaban hablando.

-Decía si le veré en el baile de los Longbottom.

-A si... el baile... claro que asistiré.-dijo sonriendo.

-Entonces me gustaría que me guardará algún baile. Estoy seguro que habrá muchos hombres pululando a su alrededor, demandando sus atenciones y no me gustaría abrirme paso hasta usted a la fuerza. Me temo que no sería justo.- y de nuevo volvió su sonrisa seductora.

-¿Justo para quien, Lord Sherm...

-Eric.- la interrumpió.- En vista de la familiaridad que hay entre nuestras familias, puede llamarme Eric. Y no seria justo para sus pretendientes que llegue un desconocido y se la lleve a usted.

-Exagera. En primer lugar, apenas tengo pretendientes. Sólo... unos... diez, once.

-O claro... eso son pocos. Aún no a llegado al centenar.-ambos se pusieron a reír.

-Y en segundo lugar...yo bailo con quien quiera.

De pronto, cerca de donde estaban, a una doncella cargada de bolsas se le cayó el bolso. Todo sucedió muy deprisa. Mientras Sibylla se agachaba a recogerle el bolso, que había caído cerca de la carretera, una calesa a toda velocidad se dirigía hacia ella. Estuvo a punto de atropellarla si no fuera por que Eric la había apartado, cayendo sobre ella.

-¿Me concede este baile?- susurro demasiado cerca de su rostro.

-Cállese Eric. Me esta aplastando.- Eric la ayudo a levantarse y se vieron  rodeados. La doncella corrió hasta Sibylla, llorando.

-Milady,  ¿se encuentra bien? ¿Se ha hecho daño?

-Tranquila, estoy bien. Tenga, su bolso.

-No... no tenia por que haberlo cogido. No debería haberlo hecho, milady.

-Usted estaba ocupada. No se preocupe.- se despidieron de la doncella y siguieron su camino. A Sibylla le latía el corazón rápidamente por el susto, pero intento disimularlo. Katerina,  que no había presenciado lo ocurrido, se acercó a ellos frunciendo el ceño.

-¿Qué a ocurrido ahí atrás?- pregunto curiosa.

-Nada... una dama... que había tropezado.- contesto Eric.

-Estamos en Clarence's mirando vestidos. No tardes.- sonrió y se marcho de nuevo. Sibylla le miró agradecida.

-Gracias.- Eric parpadeo algo incrédulo.- Por salvarme la vida y por no decírselo a tu prima. Se que se hubiera puesto histérica.

-A sido un placer salvarte. Es más,  me agrada.

-¿El que? ¿Salvar a personas en apuros?- pregunto Sibylla riéndose.

-Es mi pasatiempo preferido.- Eric mostró una reluciente sonrisa y Sibylla negó con la cabeza. ¡Hombres!

-Venga, sir Lancelot,  démonos prisa o nuestros amigos nos dejaran atrás. 

La indomable Lady Sibylla (Saga por y para siempre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora