Me pones nerviosa

1K 90 35
                                    

Kate

No esperaba que alguien llegara, y mucho menos a darnos la bienvenida a nuestro nuevo vecindario en nuestro primer día. Hubiera sido lindo recibirla con toda la familia.
Me estoy muriendo de vergüenza, estoy toda desarreglada y ella sigue insistiendo en quedarse a ayudarnos a desempacar.

—¡Déjame hacerlo!— su voz sonó algo desesperada por ayudar, aunque pudo ser mi imaginación— estoy aburrida y no tengo nada que hacer el resto del día. La cena no tiene que ser precisamente hoy, puedes decirme cuando esté bien para ustedes.

—Aunque me gustaría aceptar tu invitación a la cena...— un suspiro atravesó el aire y sentí que había estado alojado en mis pulmones por mucho tiempo — mi familia está pasando por un problema y mis padres no van a estar en casa pronto.

— Un problema.— repitió ella con un susurro— Claro lo entiendo, como dije, la cena no tiene que ser hoy.— luego su voz se tornó un susurro casi inaudible— solo estaba obligada a venir.

No dije nada, solo intenté pensar alguna razón lógica por la que fue obligada a venir, no se me ocurrió nada, me desanimó un poco, pero traté de no pensar en ello. Su voz me sacó de mis pensamientos.

—Kate, dijo tu hermano que estás cajas van arriba...

—¡Oh! Esas van en mi habitación, ven acompáñame. Déjame ayudarte con las cajas.

Me quede helada al verla levantar las cajas, que juraba estaban pesadas, con tanta facilidad.

*¿Es hora de volver al gym?*

La guíe hacia mi habitación, o la que estaba destinada a ser mi habitación. ERA ENORME. Harper no parecía sorprendida por el tamaño.

—¿Qué edad tienes?—su pregunta rompió el silencio que se había creado desde que subimos las cajas. Me tomó por sorpresa de nuevo, al parecer le gusta sorprender a la gente con sus preguntas espontáneas.

—Me reí.— Tengo 21, ¿y tú?— creo que solo le gusta conversar.

—Mmm, podría responderte o podría hacer que adivines.— Sonrío mientras colocaba unos globos de nieve sobre la repisa que colocamos antes.— Soy mayor que tú, pero no por mucho.

— ¿Meses o años?— su gesto me dio a entender que me supera por años.— ¿23 o 24?

Rió por lo bajo, aunque no dijo nada.

—¿Tienes 22 o 25?— pregunté, esperando a que no dijera que tiene veinticinco años.

— De hecho, sí, tengo 22, pero pronto cumpliré los 23 así que técnicamente tenias razón desde el inicio.

—¿Qué estás estudiando en la Universidad?— pregunté apresurada, con miedo a que nuestra conversación termine con tan solo saber su edad.

Se sobresaltó con la pregunta inesperada, al parecer ambas estamos debatiendo que tipo de pregunta es o no correcta para no darle paso a un silencio incómodo.

—Estoy siguiendo Derecho, todavía me falta bastante para graduarme.— me respondió con desgano.

—No pareces muy emocionada al hablar de tu carrera, ¿No te gusta?— pareció debatir en su interior si debía o no contarlo, pero cedió y respondió con sinceridad:

Todo sobre ti (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora