¡Helado!

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Kate

Pasaron dos semanas en las que Harper y yo solo hablamos por teléfono y durante los descansos en el almuerzo en la U. Ella estaba en casa de Ruby y no quiso volver a la suya porque seguía molesta con su mamá por la cachetada que le había dado.

Yo he querido hablar sobre lo que pasó aquella noche pero cada vez que propongo el tema Harper lo cambia de inmediato, a veces lo hace nerviosa y otras lo hace poniendo de excusa que está ocupada o que no está sola. Empiezo a creer que ese era uno de los límites que ella no quería escribir pero al final terminé sobrepasando sin saberlo.

Hoy sábado me enteré por Ruby que Harper ya había regresado a su casa durante la mañana. Estaba planeando ir a visitarla a ella y de paso devolverle la sudadera que había olvidado en mi casa, precisamente la que usó aquella noche. Me la puse—me quedaba bien, a Harper le gustan las sudaderas más grandes que ella.—y me dirigí a la puerta de su casa.

Unos segundos después de tocar el timbre una señora me abrió la puerta. Ella estaba bien arreglada, como si fuera a ir a una reunión importante. Parecía algo sorprendida por mi visita, pero me ofreció pasar poco después.

—Buenas tardes. Me llamo Kate, un placer conocerla.— saludé con respeto. Lo último que quería era dar una mala impresión.

—El gusto es mío. Me llamo Paula. Tu debes ser la nueva vecina.—dijo ella con una sonrisa.—Te tomó un tiempo venir a saludarnos.—añadió ella.

—Si, lo siento. He estado muy liada con la universidad, la mudanza y mi hermano menor.—me disculpé un poco avergonzada.

—¿Harper te habló de nuestra invitación? Nos contó que se llevan bien.

—Sí. Harper ha sido muy amable con nosotros desde que llegamos. Y respecto a su invitación...—aclaré mi garganta.—... tengo entendido que está invitando a toda mi familia, pero mis padres y mi hermana siguen en otra ciudad y probablemente estén llegando dentro de dos semanas.

—Ya veo. ¿Por qué no han llegado todavía? En mi opinión es algo irresponsable dejar a dos jovencitos sin supervisión.— dijo con un tono que sonó despectivo.

No quería hablar de ello y me molestó mucho que pensara que mis padres sean irresponsables con sus hijos. Lo cierto es que mi hermana necesita más su apoyo en este momento del que Callum y yo lo hacemos. Está juzgando sin conocer lo más mínimo de mi familia y no pienso seguir soportándolo.

—Eso es un tema personal señora Paula. Y disculpe mis modales pero necesito hablar con Harper.

—Uff.—Paula soltó un largo suspiro.—Esa niña es demasiado trabajo para una sola persona. No se cómo Ruby puede soportarla.—añadió ofreciéndome un vaso con agua que acepté desconcertada por sus palabras hacia su hija.

—Mamá, ¿Sabes en dónde están las botas favoritas de Chloe? No logramos encontrarlas...—escuché una voz familiar desde las escaleras.—¿Qué tal pelirroja? —Harper se acercó a mí.

—Lo siento. Llegué sin avisar.—contesté al verla en una sudadera de color blanco que le quedaba muy grande, intentaba no prestarle atención a los sucios pensamientos que estaban llenando mi mente.

Harper me dio en pico en los labios y yo me congelé. No tenía ni idea de que lo haría y me preocupaba la reacción de su madre que por supuesto había visto lo que su hija hizo. Harper sonrió sobre mis labios y su madre solo la regañó.

—¡No seas maleducada Harper! No puede ser posible que le faltes el respeto a tu amiga de esa forma.— se quejó ella.

—Ese es nuestro problema y a Kate no le importa, ¿cierto bonita? —preguntó guiñándome el ojo.

Todo sobre ti (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora