Luke

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Harper

Traerla a este pequeño jardín privado de por sí ya me tenía nerviosa y, soltar la pregunta sin previo aviso me puso más nerviosa. ¿Es por el lugar? O ¿es ella?

—¿Te gusto? Quiero decir, ¿te gusto como algo más que amigas?— dije de repente con tono despreocupado. Con la mirada fija en el lugar que ella había ocupado antes.

Kate se puso roja en un abrir y cerrar de ojos. Habría y cerraba la boca constantemente en repetidas ocasiones. Es muy evidente que ella está mucho más nerviosa que yo en este momento. A ratos, parecía que Kate dejaba de respirar. Finalmente desvió su mirada al jardín, precisamente al lugar que yo observaba.

—Escucha, si te incomoda responder a mi pregunta, no deberías preocuparte. Solo creí que...

No pude completar mi frase, Kate colocó su mano sobre mi pierna sin que me diera cuenta, no fue hasta cuando bajé la mirada que lo noté.
Parecía intentar calmarse, eso o estaba a punto de desmayarse por los nervios. Finalmente habló entre susurros.

—Sí. Me gustas. Lo siento. Se muy bien que apenas nos conocemos.—realmente se esforzaba por mantener la calma y ocultar las lágrimas, pero al final las dejó rodar por sus mejillas.

Tomé su cara y la obligué a mirarme usando un poco de fuerza. Kate estaba avergonzada e intentaba evitar mi mirada mientras las lágrimas seguían cayendo sobre su rostro. Cuando por fin pudo mirarme a los ojos, limpié de sus mejillas los rastros de las lágrimas que había dejado caer.

—Es gracioso que me gustes, por qué ni siquiera sé si eres bisexual por lo menos. Que ridículo, ¿cierto?— Su voz temblaba, por lo menos dejó de llorar y eso me alivió.

Siempre odié demasiado ver a una mujer llorar y que mis palabras fueran la causa de su llanto solo hizo que me molestara aún más.

—Honestamente no creo en esas etiquetas. Ser lesbiana, bisexual o heterosexual. Siempre hice lo que quise y me parece mucho mejor cuando puedo hacer que mis padres se molesten por las decisiones que tomo. —en mi voz había odio pero se ocultaba muy bien con la sinceridad y la burla. Continué con una sonrisa.— Si me enamoro de una mujer, ¿qué más puedo hacer? Luke siempre me decía que es mejor seguir mi corazón y no las estúpidas reglas de la sociedad. Ser yo misma.

Mis palabras la hicieron sonreír. Pero tras sus ojos pude ver varias preguntas formulándose, preguntas que no recibirían respuesta alguna de mi parte.
Desde que ella llegó, Luke parece estar en mi mente mucho más seguido, sus frases, su voz, su rostro. Muchas cosas sobre Kate me recuerdan a Luke.

—¿Quién es Luke?— preguntó Kate.

Su pregunta sobre Luke era un claro intento de ignorar el hecho de que una completa desconocida es ahora su crush. Lo que me llevó a pensar que ella es abiertamente lesbiana o tal vez bisexual. Realmente no se si existen más términos para ello. Lo investigaré al llegar a casa.

—¿No querías entrar en la cabaña, pelirroja?— pregunté cambiando de tema, recordando que antes había mirado la cabaña con mucha curiosidad.

—¡Oh! Claro— ella notó mi urgencia por cambiar de tema y me siguió hasta la pequeña estructura de madera con varios murales a lo ancho y largo de sus paredes. Con una corona que llamaba la atención.

Las paredes del lugar estaban repletas de dibujos hechos por Luke y yo. También había dos escritorios pequeños y una cama que ya se encontraban en la cabaña. Queríamos hacer de este lugar nuestro lugar de escape cuando lo necesitáramos.

Al abrir la puerta de la cabaña me arrepentí enseguida. He estado tanto tiempo aquí que había olvidado totalmente que había muchas cosas de Luke y mías desde que encontramos este lugar. Si ella vuelve a preguntar por Luke, dudo mucho que pueda contener mis lágrimas.

Todo sobre ti (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora