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Su llamativo cabello rojo destacaba entre la multitud, su madre había sido muy cuidadosa al elegir los pendientes y anillos que Yeonjun usaba esa noche

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Su llamativo cabello rojo destacaba entre la multitud, su madre había sido muy cuidadosa al elegir los pendientes y anillos que Yeonjun usaba esa noche

—Necesitas lucir elegante y con un toque moderno, hijo.

Eso fue lo que le dijo la reina en el momento que colocó un pendiente más arriba del lóbulo de su oreja, cerca del cartílago.

Cuando Yeonjun asimiló de mejor manera la situación y se dispuso a aceptarlo, comenzó a apreciar los detalles de su vestimenta, sorprendido por las finas ropas que se ajustaban a su delgado cuerpo.

Vestía una camisa común blanca, impecable, un pantalón negro junto a sus zapatos de vestir del mismo color. Una especie de perchera de olantes blancos con detalles dorados sustituía a la corbata; el chaleco en corte de V color manzana contrastaba con su saco, de corte largo color azul con detalles delicados y finos en dorado, donde también se extendían botones por mera decoración.

Su madre nunca le había vestido de aquella forma. Mientras tomaba asiento para que lo pudiesen peinar, recordó lo mucho que amaba los bailes y si no fuera por la desastrosa causa de esa noche, estaría brincoteando aún más por lo bonito que se veía.

Una vez terminado el peinado, su nana o bien, la sirvienta que más años había estado con la familia, tomó con unos guantes blancos la corona del joven príncipe, colocándola con delicadeza sobre su cabeza, intentando no arruinar su cabello.

Él era el único hijo de la familia, esa señora lo había visto crecer y se convirtió en una tercera abuela para él, pues afortunadamente, sus padres siempre estuvieron acompañandolo a lo largo de su crecimiento. Ahora que tenía veintidós años, era tiempo de comenzar a asumir sus responsabilidades.

—Me ha dicho la reina que el hijo del reino es vecino es lindo, Junnie—Mencionó su Nana cuando las demás sirvientas dejaron la habitación.

—¿En serio?—Los rasgados ojos de Yeonjun se iluminaron, haciéndolos ver un poco más grandes—Pero no soy gay, nana—Le hizo pucheros a la señora, tratando de hacer que convenciera a sus padres para que no se casara.

—Escucha, bebé. Si amas a alguien, el género no importa—Le dijo mientras lo abrazaba-Sé que tus padres lo hacen por una buena razón, así que dale una oportunidad-Le sonrió mientras dejaba un sonoro beso en la mejilla del principe-Venga, que vamos a maquillarte.

Yeonjun terminó aún más apuesto que antes, con su maquillaje sutil que resaltaba sus bellos ojos y hacia que sus labios se vieran suaves y esponjosos. Media hora antes de que la fiesta comenzará oficialmente, su madre lo llevó al jardín trasero.

—Escucha, nosotros recibiremos a los reyes de Ga-ja, mientras que tú te encargarás de saludar y verificar que nuestros invitados estén bien—Comenzó a hablar Seulgi emocionada.

—Si, madre. Cómo siempre hacemos—Yeonjun la miró confundido.

—No, cariño, escucha. Quiero que estés pasando por el salón, vamos a hacer que ese chico sienta interés por ti y te busque—La volvió a interrumpir.

—Mamá, ¿Y si él no quiere este matrimonio? ¿Y si lo detesta más que yo?—Dijo Yeonjun al borde del llanto.

—Mi príncipe, mamá lo tiene todo bajo control. Ahora deja de interrumpirme y escucha—La mujer acarició con ternura su mejilla y continuó—Pasearas por el salón mientras lo buscas con la mirada. Según noticias, llevará un traje con tonos azules y grises. Además de que, como tú, llevará su corona.

—¿Y todo esto para qué?—Yeonjun ya se sentía bastante abrumado por el hecho de que en tan solo minutos iba a conocer a la persona con la que compartiría el resto de su vida.

—Queremos crear un ambiente romántico para que se topen por casualidad—Las mejillas de Yeonjun le hicieron competencia al color de su cabello. Su madre estaba muy empeñada en que aquello sería una historia de amor como en los cuentos de hadas.

—De acuerdo, hagámoslo—Sonriendo, tomó la mano de su madre y juntos se adentraron al palacio, dirigiéndose a ver el salón.

El príncipe Choi quedó asombrado al notar la decoración que preparó su madre junto a los trabajadores.

El gran salón del palacio se encontraba completamente iluminado, con las ornamentosas lámparas que colgaban del techo, se habían cambiado las cortinas rojas a unas doradas traslúcidas. En una de las paredes, se extendían largas mesas con manteles impecablemente blancos y algunos bordados delicados que comenzaban a llenarse de bocadillos, seleccionados ambiciosamente por Seulgi.

Su madre era peor que él. Le emocionadaba muchísimo dar fiestas a lo grande y siempre había sido cuidadosa con ofrecer únicamente a sus invitados platillos de élite.

El centro del salón estaba vacío, lo que Yeonjun suponía que sería el lugar para la estancia de los invitados. Caminó hacia la entrada, viendo una alfombra con el nombre del reino grabada en ella y a los lados formando un pasillo. Había un arco repleto de rosas color pastel, con tenues luces iluminándolas. Creando el dichoso ambiente romántico que buscaba hacer su madre.

Notó un piano en las esquinas, desconcertado por la aparición casi mágica de este en su visión, normalmente se encontraba en el salón de música. Caminó hasta él y comenzó a tocar una melodía suave, aquello ayuda a a relajar su cuerpo de lo nervioso y abrumado que estaba.

Sintió una presencia a su lado. Su padre quien comenzó a tocar el acompañamiento de la canción que Yeonjun había iniciado, el jóven príncipe se atrevió a cantar un poco junto a su mayor.

La reina bajó de las escaleras de manera apresurada, pues en pocos minutos comenzarían a llegar los invitados, pero detuvo su caminar al notar a sus dos hombres compartiendo un bello momento. Sonrió enternecida y se acercó a ellos, tomándolos de los hombros.

—Es momento, amores. Los invitados ya vienen—Se encaminó a la salida después de dejar un beso en las mejillas de cada hombre.

—Iré con tu madre, ya sabes cómo se pone si no lo hacemos juntos—Su padre rió y salió del lugar—¡Cariño, espérame!—Aquello hizo reír a Yeonjun.

Yeonjun se dedicó a respirar profundo, era ahora o nunca.

Iba a conocer a su prometido.

Bueno, Yeonjun dramático siempre es necesario en nuestras vidas :V

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Bueno, Yeonjun dramático siempre es necesario en nuestras vidas :V

PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora