XV

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Irene quedó asombrada por el repentino cambio en el color de cabello del príncipe de Moonie, pues hace apenas unas horas lo había visto con sus hebras poco rojizas y ahora, que acababan de llegar de lo que suponía que era una tranquila salida al p...

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Irene quedó asombrada por el repentino cambio en el color de cabello del príncipe de Moonie, pues hace apenas unas horas lo había visto con sus hebras poco rojizas y ahora, que acababan de llegar de lo que suponía que era una tranquila salida al pueblo, estaba con  su cabello completamente rubio.

—Hemos llegado, madre—Soobin se acercó a ella con su orquídea en brazos—Mira lo que Yeonjun me ha comprado—Irene bajó la mirada, soltando un grito al ver la flor extenderse de una manera excelsa—¡Es hermosa!

—El pueblo es genial, Irene—Mencionó Yeonjun con una sonrisa, acercándose a ellos después de haber dejado su saco con alguien del personal para que lo llevara a su habitación.

—Me alegra que te haya gustado, Yeonjun—La reina ronrió, tomando una mano de cada príncipe—Pronto será de ustedes dos.

—Y lo manejarán de maravilla—Se unió el rey con una nostalgica sonrisa, rezando en su interior a todos sus dioses para que nada malo le sucediera a sus príncipes, pues ya consideraban a Yeonjun parte de su familia.

—Aún nos falta mucho que aprender—Dijo el ahora rubio.

—Parece que te ha dado mucha seriedad el nuevo tinte—Bromeó el rey, ganándose una mala mirada por parte de Soobin.

—Padre, no lo molestes—Pidió el menor. Yeonjun negó rápidamente con la cabeza.

—No es ninguna molestia. Al contrario, me gusta la idea de que podamos bromear entre nosotros.

—Vamos a traspasar la orquídea al jardín—Soobin jaló con cuidado a Yeonjun, tomando de la manga de su blanca camisa hasta que llegaron al jardín trasero.

—¿Dónde la  van a poner?—Preguntó el príncipe de Moonie.

—¿Quiénes?—Cuestionó Soobin confundido.

—Los empleados—Respondió el mayor con obviedad, haciendo reír al azabache.

—La vamos a plantar nosotros—Yeonjun lo miró sorprendido.

—¿Tú haces actividades de jardineria?

—Por supuesto, ¿Quién más si no?

—A nosotros no nos dejan hacerlo—Comentó el mayor con un puchero—Así que esta es mi primera vez haciéndolo—Soobin sonrió ante la emoción que desprendía el príncipe.

—Entonces te enseñaré.

Ambos príncipes sonrieron al dirigirse a un punto exacto del jardín, el cual tenía a su alrededor grandes y blancas piedras, limitando un espacio circular para una nueva planta. Algunos empleados llegaron con las herramientas necesarias, entregándoselas a los príncipes para que pudieras traspasar a una tierra más fértil a la hermosa orquídea.

Yeonjun observaba atento cada movimiento de Soobin, escuchando sus indicaciones. Yeonjun se encargó de cavar en la tierra, ayudar a sacar la orquídea de la maceta y después volver a poner la tierra en su lugar. Soobin regaba alegremente con las manos llenas de tierra al igual que su mayor, mientras que Jungkook, quien recién llegaba a su lado, les ofrecía unos paños húmedos a cada uno.

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