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Yeonjun no creía haber odiado más en su vida a los guardias reales y a Jungkook que en ese momento

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Yeonjun no creía haber odiado más en su vida a los guardias reales y a Jungkook que en ese momento. Soobin por su parte, no podía definir si lo que sentía hacia sus propios guardias y Taehyung era exactamente el mismo odio porque lágrimas desconsoladas salían de sus orbes, nublando completamente todo su juicio.

—¡Por favor, príncipe! —Pedía Jungkook con esfuerzo mientras lo sujetaba fuertemente de la cintura.

—¡Suéltame, Jungkook!—Gritó Yeonjun enfurecido.

—¡No puede salir de aquí!—Jungkook jadeó, sintiéndose exhausto por la fuerza que estaba ejerciendo con Yeonjun.

—¡¿Quién lo dice?!—Yeonjun sentía desfallecer sus piernas, pero era tan terco que luchaba por irse de esa torre y buscar a sus padres.

—¡Los reyes!—Jungkook hizo un último esfuerzo, provocando que ambos terminaran sobre el suelo.

—¡Taehyung!—Pedía Soobin entre hipidos al hombre para que lo soltara.

—No puedo hacerlo, perdone su Alteza—A diferencia del guardia con facciones de conejo, Taehyung no necesitaba de mucho esfuerzo para retener al príncipe de Ga-Ja.

—¿P-Por qué no?—Cuestionó entre sollozos, dejando que el hombre lo dejara al lado de su prometido, quien mantenía su cabeza oculta entre sus rodillas.

Ambos hombres suspiraron con cansancio al tener a ambos príncipes frente a ellos, compartiendo todos muecas tristes.

—Se nos dieron órdenes muy específicas—Mencionó Jungkook, aclarando su garganta.

Yeonjun alzó la cabeza con el ceño fruncido, mostrando sus ojos rojizos, producto de la impotencia, la rabia, junto a la frustración y la preocupación.

—No empieces a hablarnos de ética y moral, siguiendo órdenes, Jungkook —Gruñó.

—La prioridad es mantener a los príncipes herederos con vida, ante cualquier situación que le suceda a los reyes. No debemos de separarnos de ustedes dos así nos cueste la vida—Respondió firme y con el ceño fruncido bien marcado.

—Jungkook—Taehyung apretó levemente el brazo del guardia.

—No, Taehyung—El castaño lo vió con calma—Es necesario que ambos príncipes conozcan cuáles son sus obligaciones mientras esperamos a que el conflicto quede solucionado.

—¿Nos estás diciendo que nuestro deber es esperar aquí dentro mientras vemos cómo a lo lejos mueren nuestras tropas y nuestros familiares?—Preguntó Soobin con incredulidad. Jungkook se sobó la sien.

—Si no lo hacen, ¿entonces quién velará por el pueblo?

—Nuestros padres están ahí, en peligro—Dijo Yeonjun con miedo.

—No se olviden de la razón principal por la cual se fueron, su Alteza—Jungkook suspiró—Su pueblo.

Soobin cerró fuertemente los ojos antes de levantarse y extenderle una mano a Yeonjun, invitándolo a irse con él hacia su habitación. Ellos habían salido de allí en cuanto volvieron a escuchar ese segundo y aún más fuerte estruendo.

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