XVIII

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Mientras los príncipes galopaban con velocidad entre los senderos ocultos que daban directo al bosque, en el reino de Moonie lo unico que gobernaba era el caos

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Mientras los príncipes galopaban con velocidad entre los senderos ocultos que daban directo al bosque, en el reino de Moonie lo unico que gobernaba era el caos.

Según los cálculos, el gran humo que se veía por los cielos aún e3staba a una distancia considerable de ellos, pues intuían que iban cruzando el río y habían dado su posición como señal de advertencia.

—Al menos son consideradas—Comentó Seulgi con evidente sarcasmo, levantándose de la mesa cuando uno de sus mensajeros le dieron la noticia.

Justo ese día habían propuesto una pequeña comida para la celebración del embarazo de Beomgyu, pues el tener un heredero, era de vital importancia en cualquier matrimonio de la realeza. Ya que este ocuparía el lugar de Taehyun y Beomgyu en caso de que ya no estuvieran.

Además de que ambos ya llevaban poco más de tres años de casados. Sin embargo, la celebración se vió terminada de forma abrupta por tal suceso que estaba ocurriendo.

Al igual que los reyes de Ga-ja, los de Moonie fueron lo más rápido que pudieron a colocarse sus trajes de conflictos bélicos, mientras tanto, Seulgi se estaba riendo.

—¿Qué es tan gracioso?—Cuestionó San, acomodándose la cinta que llevaba atravesada en su pulcro traje blanco.

—Vamos a tener una guerra y aún tenemos tiempo de cambiarnos, es cómico.

—Si tú lo dices, querida—El rey extendió su brazo hacia su reina para poder dirigirse y efectuar los protocolos.

Mientras ambos reyes danban indicaciones para que el pueblo no cayera en pánico, les pidieron refugiarse en sus sótanos, Taehyun salía por la parte trasera del reino con Beomgyu de la mano, quien intentaba controlar un poco sus nervios, pues no sería sano para su bebé, el cual le había costado tanto tener.

Llegaron al imponente corcel blanco del menor en un abrir y cerrar de ojos. Taehyun tomó delicadamente a Beomgyu por la cintura y lo subió sin esfuerzo alguno al caballo, pues su chico era bastante liviano aún cuando su vientre yacía un poco hinchado.

Taehyun subió, tomando de las riendas y esperando a que su mayor lo tomara por la cintura para poder partir y escapar de allí lo más pronto posible, siendo acompañados por dos guardias que se toparon en el camino.

Por su parte, Soobin quería llorar por el miedo, la impotencia de no hacer nada y solo quedarse encerrado en el refugio y por el enojo de que no le dijeron nada acerca de la situación.

Sin embargo, no podía darse el lujo de llorar. No cuando iba montando a caballo y cabalgando a todo galope con el viento golpeando cruelmente su cara y desordenando sus azabaches cabellos.

Asi que tragó su llanto y enderezó su postura, manteniendo la mirada centrada en el camino.

Después de unos minutows, llegaron al más recóndito lugar del bosque, en la parte contraria al reino del norte. Una zona donde los ahuehuetes crecían despampanantes, elevándose a muchos pies sobre sus cabezas.

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