Seungmin estaba tan concentrado en la música, que retumbaba a todo volumen en sus oídos, que no se dio cuenta de que una de sus amigas se había sentado en el pupitre de enfrente hasta que esta no estiró la mano y le quitó los auriculares, impidiéndole seguir mirando por la ventana, ajeno al caos en el que se había convertido su clase de un momento a otro.
—¿Qué haces aún aquí? —le preguntó Hyesoo, con los ojos como platos. El chico alzó una ceja, preguntando sin palabras a qué se debía todo aquello—. ¿Es que no lo sabes?
A pesar de que se conocían desde que comenzaron secundaria, hacía ya un par de años, Seungmin nunca se había acostumbrado a su intensidad, ni tampoco a la forma en la que tenía de narrar todo, alzando la voz como si tuviese un megáfono instalado en la garganta, así que no resultó novedoso que no comprendiese a qué se refería en ese momento.
—Como creo que puedes ver, no —terminó respondiendo con tono calmado—. ¿Qué es lo que se supone que tengo que saber?
—Me lo he imaginado cuando no te he visto fuera —pronunció la joven en voz baja, más para sí misma que para que él la escuchase—. Han colgado las notas del último examen en el pasillo, están todos viéndolas menos tú.
Ahora tenía sentido que todos se hubiesen levantado con prisa cuando la delegada, Kwon Yerim, había entrado a clase a comunicar algo que parecía importante. Pero él no le había prestado atención, concentrado en analizar la voz del cantante que estaba escuchando y tratando de percibir todos los matices posibles, porque sabía que se enteraría de alguna u otra forma, ya fuese por su amiga o por conversaciones ajenas.
—Más razones para quedarme aquí —razonó Seungmin, encogiéndose de hombros.
—¿No quieres saber tu nota? —parpadeó su amiga, entre confundida y sorprendida por la respuesta que acababa de soltar.
—Sí quiero —refutó de inmediato—, pero no tengo ninguna prisa.
Era eso y que sabía de sobra que, si salía del aula en esos momentos, se encontraría a sus compañeros abalanzándose sobre el corcho, preguntándose a gritos las notas los unos a los otros para comparar. Y no le gustaba eso, el que todos pensasen que los exámenes eran una competencia, algo en lo que sobresalir.
Lo veía una pérdida de tiempo.
—Mira que eres raro —suspiró Hyesoo, sin dar crédito—. A los demás les ha ido bastante bien, parecen satisfechos.
—¿Les? ¿Parecen? —quiso saber Seungmin, enarcando una ceja. No le había pasado por desapercibido que hablase en tercera persona, que no se incluyese en la conversación.
—Ah, yo no he aprobado, pero no pasa nada. Es el primer examen del curso, lo tengo controlado. —No se lo creyó, no cuando a la muchacha se le había dado mal estudiar desde siempre, terminando los últimos meses del curso estresada y al borde del colapso—. Pero bueno, no hablemos de mí —desechó con un movimiento de muñeca—. ¿Qué has preparado para el viernes? Te he visto muy concentrado.
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God's Menu - Kim Seungmin
FanfictionPara Yerim, las segundas oportunidades no son más que una pérdida de tiempo; pero cuando Seungmin reaparece en su vida, después de años sin hablar, su coraza empieza a quebrarse. *** Solo se necesitan tres adjetivos para describir a Yerim: fría, rac...