이십이. flashback

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El beso en la biblioteca había supuesto un antes y un después en su relación con Yerim, pero a Seungmin no le importaba en absoluto

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El beso en la biblioteca había supuesto un antes y un después en su relación con Yerim, pero a Seungmin no le importaba en absoluto.

Quizás se debía a que sentía que las cosas estaban mucho menos tensas que antes, que ya no les rodeaba ese ambiente de hostilidad y competitividad cada vez que estaban cerca; o quizás era porque cuando sus miradas se encontraban en medio de clase había cierto deje de complicidad, como si estuvieran guardando un secreto de lo más valioso.

En cierto modo era así, porque aunque ninguno se arrepentía, habían acordado que no le dirían a nadie lo que había pasado, al menos no tan pronto, por si algo salía mal y sus amigos se veían obligados a elegir un bando u otro. Tampoco habían hablado mucho del tema, pero la joven había admitido que le había gustado su iniciativa, que no se esperaba que fuese tan lanzado.

Y no podía dejar de darle vueltas a sus palabras y a todo lo que había sucedido, tanto que le resultaba imposible no sonreír cada vez que lo recordaba. Daba igual que hubiesen pasado un par de semanas desde entonces, unas que habían estado tan llenas de exámenes que apenas había tenido tiempo para respirar, le era difícil olvidar la vorágine de sensaciones que había experimentado y lo mucho que le retumbaba el corazón en el pecho cuando juntó sus labios con los suyos.

Lo que más le había sorprendido de sí mismo no era que no se lo hubiese pensado dos veces, sino el hecho de que cuando se separaron y Yerim le miró, con esos ojos brillantes que tanto le encantaban y las mejillas algo sonrosadas, se dio cuenta de que le daba igual que estuviesen en medio de la biblioteca y que cualquiera pudiera verles: quería más, le había sabido demasiado a poco.

Pero entonces la muchacha cambió el tema de conversación como si nada y la magia se rompió por completo.

—Tierra llamando a Minnie, tierra llamando a Minnie —canturreó Hyesoo mientras agitaba las manos delante de él con una sonrisa de oreja a oreja, más efusiva de lo normal—. Habíamos pensado en ir a tomar algo a la cafetería antes de las cinco, ¿te apuntas? ¿O vas a quedarte aquí... —Miró los apuntes que tenía sobre la mesa, frunciendo al ceño como si no comprendiese nada de lo que había escrito—. Amargándote la vida estudiando?

Por norma general, la jornada escolar terminaban a las cuatro, momento en el que todos los estudiantes recogían sus cosas y se marchaban, pero de vez en cuando, como aquella tarde, algunos alumnos debían quedarse en el instituto, limpiando ciertas aulas escogidas al azar. A pesar de que Seungmin agradecía que le hubiese tocado con su grupo de amigos, ya que así se ahorraba una incomodidad innecesaria, odiaba esos días, porque significaba que tenía que cancelar sus clases de canto.

Y eso le frustraba, porque desde que había entrado en la agencia de entretenimiento para la que había audicionado hacía ya casi cuatro meses, JYPE, trataba de compaginar lo mejor que podía su vida como alumno ejemplar con sus estudios musicales para que nadie sospechase. Porque no, no se lo había dicho a ninguno del grupo, los únicos que sabían que había sido aceptado eran sus padres, y por razones más que obvias.

God's Menu - Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora