Para Yerim, las segundas oportunidades no son más que una pérdida de tiempo; pero cuando Seungmin reaparece en su vida, después de años sin hablar, su coraza empieza a quebrarse.
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Solo se necesitan tres adjetivos para describir a Yerim: fría, rac...
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advertencia: HABEMUS CAP HORNY, después de una ausencia de casi dos meses JAJAJJAJAJA. Realmente aquí no pasa nada (solo antes del separador, por si queréis leer hasta ahí ya que es importante), así que si lees el cap, besito en la frente, eres un poco puercx y si no lees... también eres un poco puercx, aquí nadie se libra :D
*insertar red lights como siempre porque esto ya es meme*
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—Yerim, ¿me estás escuchando? —preguntó Hyesoo, quedándose quieta en medio del pasillo para mirarla con los ojos entrecerrados, claramente descontenta.
—He desconectado en el momento en que te has puesto a despotricar contra la señora Choi por haberte suspendido —admitió con simpleza a la vez que se escogía de hombros.
—¡Es que cómo se atreve! —exclamó con las mejillas encendidas—. He ido a todas sus clases, participo cada vez que puedo, hago los deberes todos los días... ¡Y no me aprueba! Debería haberse jubilado el año pasado, la edad ya empieza a afectarle el cerebro.
Yerim se limitó a poner los ojos en blanco y seguir caminando, sin girar la cabeza para ver si la estaba siguiendo. Conociéndola, sabía que no la dejaría irse sola, que no desaprovecharía la oportunidad de continuar parloteando sin parar, porque si había algo que le gustaba a su amiga más que quejarse, era hablar.
—En vez de gastar energía en protestar, deberías gastarla en estudiar para el examen de recuperación —rebatió, saludando con la cabeza a Suho y a Yoona, que justo salían de otro aula, cuchicheando algo en voz muy baja que no pudo distinguir.
—¿Vais a decirle en algún momento lo que hay entre vosotros? —preguntó Hyesoo cuando los dos desaparecieron tras girar hacia la izquierda, bajando el tono por si acaso. No hizo falta que pronunciase el nombre de Seungmin, no cuando se sabía a la perfección a lo que se refería—. La pobre no deja de coquetear con él y me da mucha penita.
—No hay nada entre nosotros, no de forma oficial —matizó al ver que fruncía el ceño, confusa—, y tampoco tengo por qué dar explicaciones de si estoy con alguien o no.
—Estoy segura de que Minnie quiere oficializarlo y que no lo hace porque tú piensas que es una tontería —soltó la joven, incapaz de quedarse callada.
—Porque lo es.
No veía necesaria tanta parafernalia, no cuando era más que obvio lo que había entre ambos. Se gustaban y lo habían dejado más que claro cada vez que se dejaban llevar por la tensión que les rodeaba cuando estaban juntos, así que era una pérdida de tiempo ponerle nombre a lo que tenían. Los dos sabían cómo se sentían respecto al otro, eso era lo que importaba.
—Para ti —la corrigió con mucha efusividad, casi ofendida—. Deberías dejar de pensar por una vez en lo que tú quieres y ponerte en su situación. Está coladísimo por ti, Rimmie, solo hay que ver la manera en la que te busca siempre con la mirada o cómo sonríe cuando alguien habla de ti.
