삼십오. real life

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advertencia: este capítulo se me ha ido MUCHO de las manos (sorpresa para: nadie JAJAJJAA) en cuanto a intensidad, así que si no queréis leerlo no pasa nada, tampoco hay nada tan importante <3 leáis o no, besito en la frente para todxs jeje

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advertencia: este capítulo se me ha ido MUCHO de las manos (sorpresa para: nadie JAJAJJAA) en cuanto a intensidad, así que si no queréis leerlo no pasa nada, tampoco hay nada tan importante <3 leáis o no, besito en la frente para todxs jeje.

dicho esto: *insert red lights* (ya es meme)

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—¿Verdad o reto? —preguntó Seungmin, dando un último sorbo a la copa de champán.

Yerim no sabía ni siquiera por qué había accedido a ese juego, porque le conocía lo suficiente como para saber que se aprovecharía de la situación y que se la llevaría a su terreno, pero por una vez no le importó y aceptó sus condiciones, aunque en el fondo sabía que quizás se arrepentiría de haberlo hecho.

Desde que habían terminado de hablar hacía unos minutos sobre cómo se sentían respecto al otro, se sentía más liberada, como si ya no tuviese que tener esa máscara de frialdad a todas horas. Podía ser ella, sin necesidad de esconderse ni encerrarse en sí misma.

—Reto —respondió sin pensárselo dos veces, inclinándose para llenar sus vasos una vez más—, las verdades son para gente aburrida.

Había perdido la cuenta de cuánto habían bebido ya, demasiado centrados en ponerse al día sobre todo lo que se les venía a la cabeza, pero no era lo suficiente como para estar borrachos. Aún era consciente de sus movimientos y podía pensar con claridad, y por la forma en la que Seungmin se comportaba, con total normalidad, como si hubiese tomado únicamente agua, a él le pasaba lo mismo.

—Luego dices que valoras muchísimo la honestidad —se burló, soltando una carcajada antes de recolocarse en su sitio para estar más cómodo, afianzando las manos en la cadera de la muchacha, que desde que se había sentado en su regazo, a horcajadas, no se había apartado más que para servir el champán—. ¿No quieres cambiar tu respuesta? —Cuando negó con la cabeza, añadió—: ¿Seguro?

—Por mucho que trates de hacerme cambiar de opinión, no vas a conseguirlo —aseguró con mucha convicción—. He dicho reto, así que lo mantengo, sea lo que sea. No me vas a acobardar, Minnie.

—¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gusta que me llames así?

Lo pronunció en voz muy baja, apretándola con tanta fuerza contra sí mismo que, durante unos segundos que se le hicieron eternos, Yerim sintió que se quedaba sin respiración, que todo el oxígeno abandonaba sus pulmones. Odiaba y adoraba, todo a la vez, la manera en la que su cuerpo reaccionaba ante esas caricias que, aunque eran sutiles, hacían que su pulso se acelerase.

—No las suficientes, Minnie. —Aprovechó la cercanía que había entre ambos para agachar la cabeza y rozarle la piel del cuello con la nariz, tratando de ir lo más despacio que pudo para provocarle, antes de hablarle al oído en un tono muy bajo—. Va, dime, ¿cuál es el reto?

God's Menu - Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora