Capítulo VIII

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Sin esperar su respuesta, corrí siguiendo a Robin, el cual ya se encontraba peleando con Deathstroke.

Por otro lado, me detuve al escuchar explosiones en diferentes partes de la plataforma, seguido del sonido del agua fluir.

–¿Qué demoni...?

–Hasta que llegó tu padre...

¿Es enserio, Slade? ¿Todo esto por celos?

–¡Disparen!

–No de nuevo– dije gruñendo mientras utilizaba las espadas para protegerme de las balas.

Acercándome a los que tenía a mi izquierda, logré desarmarlos para luego golpearlos. Los demás cuando se quedaron sin balas, corrieron a atacarme.

–Será divertido– dije guardando las espadas y sacando las varas de eskrimas, robados de Nightwing por supuesto.

Mientras esquivaba sus ataques, me encargue de golpear a cada uno, dejándolos inconsciente.

Cuando voltee a verlos, casi se me iba el corazón al ver a Robin caer pero utilizó su gancho para agarrarse de Deathstroke y al final ambos cayeron.

Deathstroke cortó el cable y terminaron en otro punto de la plataforma, dónde seguían peleando.

Utilicé el gancho para subir a la plataforma en dónde se encontraban peleando. Noté cómo a Robin voltear a verme y moviendo la cabeza en una dirección.

Fruncí el ceño pero al verlo, comprendí y rápidamente utilice el gancho para columpiarme y agarrarlo antes de que los conductos con agua del pozo se rompieran, desintegrando parte de la armadura de Deathstroke y dejándole quemaduras graves.

Nos acercamos quedando enfrente de Deathstroke y Robin sacó su espada, observandolo y apuntandolo

–Adelante, liquidame– dijo Deathstroke retandolo –te entrenaron para matar a tus enemigos, ¿Cierto? Esto es lo que quieres, es lo que yo haría, lo que tú abuelo haría, lo que ella hacia.

¿Yo qué?

–¿Y bien? ¡Hazlo!

–No, también soy el hijo de mi padre– dijo Robin levantando la espada –soy Robin.

Dándose la vuelta, caminó pasando al lado mío e ignorando a Deathstroke, perdonandole la vida al mercenario.

–Ellos irán tras de tí– dijo Deathstroke antes de caer inconsciente.

–Lo sé viejo, lo sé– susurré mirando a Damian reunirse con sus padres y abrazando a Talia.

De un momento a otro, las cosas comenzaron a empeorar con la plataforma.

–¡Baternal! ¡Vámonos!– gritó Batman mientras Talia los guiaba a la cápsula de escape.

Utilizando el gancho, fui subiendo para ir detrás de ellos pero los escombros comenzaron a ser un problema y empeoró cuando no pude evitar uno que terminó cayendo sobre de mí, golpeándome.

–¡EVANIA!

Como pude, me aparte del camino antes de tocar el suelo pero cayendo sobre una tubería. Con la vista borrosa y con mucho dolor, tire el gancho en dirección a la cápsula al mismo tiempo que la activaban.

–Está es la última vez que te ayudo, Bruce– susurré entre dientes agarrando el gancho con ambas manos y siendo arrastrada con fuerza.

Agarré todo el aire que pude segundos antes de salir de la base pero no pude aguantar la presión y la fuerza del agua junto a la de la cápsula por lo que terminé soltandome.

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