20 - iv

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Pd. Los tiempos no son tan simultáneos, pero hay varios escenarios que considero importante, así que de todas formas los colocaré. No considero que hago relleno, porque no me gusta, ustedes saben que me gusta hacer historias cortas, pero siempre termino extendiéndome más de lo que creo que durará una historia asjdashw siempre quedo 🤡🤡🤡 y si alguna vez lo creyeron así pido perdón, creo que cada parte que escribo es algo que ayuda al desenlace de los escenarios y me gusta mucho dejarlos cerrados y justificar el por qué de cada acto.


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Cuando Jimin y Yoongi salieron del bosque de los humanos, cruzando la carretera que dividía ambas zonas para poder volver a la guarida, supieron que las brujas se habían movilizado hacia el sur.

Lo notaron cuando la brisa fresca les erizó los pequeños pelitos de la nuca, un frío crudo recorriendo toda su espina como si fuera un aviso de lo que estaba sucediendo.

Toda la naturaleza en sí era la respuesta; los fuertes estruendos como truenos partiendo el cielo, los árboles meciéndose, el cielo amaneciendo.

Yoongi ahí lo supo. Tenía que volver a la manada, lo sabía, pero no estaba seguro de poder quedarse ahí hasta esperar que Jungkook, las brujas y los cazadores resolvieran todo.

Aún si tenía el presagio de Yeji calcado en su mente como una ley prohibida en su vida, sabía perfectamente que no podía quedarse quieto, sin hacer algo.

Lo entendió en el momento en que el corazón se le detuvo de golpe, cuando dejó de sentir el ligero rastro de Jungkook. Su lobo alfa aullando al notar que uno de su manada se encontraba completamente fuera de su rango.

Como alfa, Yoongi podía presentir si los lobos pertenecientes a su manada estaban heridos, muertos o simplemente en necesidad de su alfa.

Podía rastrearlos, sin necesidad de marcarlos con su aroma. Un don que cada alfa adquiría con los de su manada a modo de velar por los suyos. Necesitaba un pequeño rastro de su aroma para poder dar con un rango de ubicación a kilómetros a la redonda alrededor de todo el bosque, no más que eso, como si el bosque entero estuviera ayudándolo a seguir a cada lobo.

Al sur de aquí, donde ellos se habían dirigido, era lo suficientemente cerca para presentir a Jungkook.

El problema es que Yoongi había dejado de sentir su presencia hace varios minutos atrás, y ahora no sabía si estaba muerto, herido, o necesitado.

Jungkook parecía haber dejado de existir alrededor del bosque, y Yoongi sabe, sabe que esto es el resultado del chico infiltrándose con éxito en el complejo de los humanos.

Pero, aun así...

—¿Yoongi? —Jimin se acercó a él, posando delicadamente la mano en su brazo, como si quisiera capturar su atención cuando él se quedó escéptico observando el cielo en dirección al sur.

Era de esperar la confusión de Jimin, Yoongi se había quedado detenido a mitad de la carretera, rígido y emanando un aroma preocupado.

Jimin observó para todos lados cuando Yoongi no habló, el chico intentando agudizar sus sentidos, alerta de que quizá estuviese ocurriendo algo que él aun no captaba, sin embargo, estaba seguro que, en aquella desolada carretera, se encontraban completamente solos.

GRANATUM #2; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora