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Seúl 14:38:26 

El botón es presionado y las puertas deslizantes comienzan abrirse lentamente, más la persona que espera del otro lado está impaciente y las cruza apenas hay una brecha para que cupiera su cuerpo, jadeando audiblemente como si le hubiese tomado demasiado tiempo llegar hasta ahí.

Sin embargo, sus pasos se ralentizan y se vuelven livianos una vez dentro del despacho principal, deteniéndose frente a un escrito, quien, del otro lado, tiene a una persona dándole la espalda, observando tras el vidrio polarizado que componen la pared del fondo, donde se puede observar gente trabajando de un lado a otro.

—Señor —le llama, con una ligera inclinación de cabeza a modo de reverencia, incluso si no le está mirando, sabe que el otro le escucha porque rota la cabeza para observarle por el rabillo del ojo. El hombre no vacila cuando toma aire y dice—: encontramos al vampiro.

—¿Dónde?

—En el territorio de los lobos del sur, a 65 kilómetros de aquí.

Esta vez, Choi Siwon se termina de voltear por completo y le sonríe.

—Prepara a tus mejores hombres —le ordena, con los ojos brillantes de emoción, la sonrisa ensanchándose tanto que resulta espeluznante—, porque les haremos una visita.




*




La manada veía a Jungkook de cierta forma: con el ceño fruncido, ese pecho corpulento que marcaba autoridad, esa musculatura trabajada, ese aura que te decía "alfa" viera por donde lo vieras, su mismo aroma derrochando seguridad y protección. La postura característica que te incitaba a querer respetarlo y hacerle caso a cualquier petición que te ordenara.

El tipo de persona a la cual acudías por ayuda.

Pero lo cierto es que Jungkook estaba siendo un lío por dentro, más cuando salió de su propia casa, como si la peste quisiera impregnarse en su cuerpo si es que la pisaba, yéndose lo más lejos posible de la esencia que parecía querer marearlo por completo. Aquel aroma que lo llamaba y lo buscaba como si la lejanía misma doliera, como si, no hacerse cargo, y no tomar la responsabilidad, fuera equivalente a ir en contra de sus principios, ética y moral, un castigo divino del cual no podría liberarse hasta que se hiciera cargo.

El simple pensamiento lo hace sonrojar de la nada.

Estúpido lobo, pensó, porque no sabe a quién echarle la culpa y eso lo frustra porque, aunque recurriera a todos los métodos habidos y por haber para pasar desapercibido, sabe que no lo hace cuando es Taehyung de quien habla.

Es decir, el vampiro reconoció sus intenciones sin que él moviera un músculo, rechazándolo incluso antes de que él lo intentara.

¡Echándolo de su propia habitación!

GRANATUM #2; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora