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—¿Por qué ya no haces las rotativas con Tae?

—Porque de seguro incendian otra cabañita por ahí.

La mandíbula de Jungkook se pronunció, y sus cejas se juntaron en el centro cuando le dio una mirada molesta a Hoseok, apuntando con el pulgar a Mingyu, el dueño de esa voz.

—Voy a golpear a tu novio si tira otro comentario de mierda.

Hoseok se alzó de hombros.

—No es mi problema.

Mingyu se sintió indignado, observando al cazador humano (aka su novio) mientras negaba con la cabeza, al mismo tiempo que Jungkook sonreía con autosuficiencia, como si estuviera complacido de joder relaciones ajenas.

Pero fue ignorado porque Mingyu tenía sólo ojos para Hoseok.

—Tú no dijiste eso. —Susurró el híbrido, no muy seguro de sus propias palabras.

Hoseok no respondió, es más, lucía como si ni siquiera estuviese tomándolo en cuenta, estaba más concentrado en inspeccionar el camino, inmerso en su misión, los tres ubicados en el paso de la frontera norte, la cual conectaba el camino directo hacia la carretera de Seúl.

Jungkook tomó la palabra cuando supo que el humano optaría por guardar silencio, demasiado inteligente para contestarle y seguirle el infantil juego.

Y quizá se insultó a sí mismo en la frase de arriba, porque él no era así de inteligente, por lo tanto, no dudó en girar hacia Mingyu y decirle, con la voz petulante:

—Si dejaras de decir comentarios estúpidos la gente te querría.

Mingyu resopló, y los tres continuaron caminando.

—Ustedes los lobos son demasiado temperamentales para mi gusto.

—Y ustedes los vampiros demasiado engreídos.

—No soy del todo vampiro —Mingyu se defendió, nunca antes sintiéndose tan orgulloso de ser un híbrido, incluso si la razón es estúpida—, soy humano también.

—Humano y vampiro —Jungkook hizo un chasqueo de lengua, negando con la cabeza de forma desaprobatoria—, las peores razas, aunque la de vampiro resulta más mierda en ti.

—Sí, bueno, qué suerte que yo no ando como un perro en celo enamorado de uno.

Eso le hizo reaccionar al instante.

—Eres un maldito bastardo de-

—Hey, vengan, acabo de encontrar algo. —La voz de Hoseok se escuchó a metros de ellos.

Jungkook detuvo el puño que iba directo a la mandíbula del chico y Mingyu cambió el iris rojo de su lado sobrenatural para volver a los marrones cuando vio al lobo arrepentirse.

Jungkook se alejó, sin antes mostrarle los dientes en forma de amenaza.

—Este Jungkook... —Soltó Mingyu, completamente indignado, como si no estuviera siendo escuchado cuando claramente lo tenía a un par de metros, aun así, no se privó de continuar—, desearía estar en tu manada solo para hincharte las bolas, a ver si así se te arregla el temperamento de mierda que tienes.

Jungkook gruñó y le dio una de esas miradas de muerte, su lobo alfa haciendo temblar la tierra, cosa que Mingyu sintió, causándole nada más que gracia y fascinación.

Hoseok por otro lado rodó los ojos, esperando que alguno de ellos se dignara a hacerle caso.

—Asegúrate de estarlo —Amenazó Jungkook, deteniéndose por fin a un lado de Hoseok, observando a Mingyu integrarse a ellos—, porque te haré entrenar hasta que pierdas la puta razón.

GRANATUM #2; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora