La Esposa de Bruno (Bruno Madrigal)

1: El don de Antonio.

Aclaración

●Bruno y Elena se llevan 5 años

●Veremos un poco de su pasado para saber más de la relación de ellos (pero será tipo, presente y pasado, así sucesivamente)

●Voy a hablar de la película y no se si cambie detalles de ella.

●Y será posible que las mujeres tengas hijos durante todo su tiempo de vida (osea tienen óvulos infinitos, fin).

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Narrador.

Encanto era un pueblo muy feliz, en especial esa noche tan soleado que seria cuando Antonio, el menor de la familia descubriría su don.

Todos parecian emocionados de llegar a la fiesta, todos menos Elena Rosario, quien con mala cara se acercaba a la casita mágica del lugar.

-Vamos cariño, a nuestros pequeños le emociona ir -dice Gabriel Lopez, esposo de Elena. Era un hombre musculoso, quien acostumbraba a cargar los costales de grandes kilos. Su cabello era desordenado y con rulos, pero de un tono casi rubio y piel blanca.

-Vamos mami, tú dices que todos mis amigos estarán allá -pedía Eduardo, el niño de cerca de 10 años.

—Hasta él  quiere ir, mamá vamos —pidió Erika, la melliza de Eduardo.

Los dos eran unos niños con el cabello desordenado y casi negro, eran propensos a las ojeras aunque en sus jóvenes caras no se notaban y con su tono de piel medio morenito menos.

-Podrían ir sin mi, no tengo nada que hacer allá -hablo con terquedad la señora mientras acomodaba los ingredientes de su panadería familiar.

Elena era una mujer apenas morena, su cabello era castaño y sus ojos eran grises.

-La señora Alma me preguntó por ti, desea que vayas -recordó Lopez.

Con murmullos de descontento Rosario acepto asistir al evento, con la advertencia de que apenas terminará lo del don se iría sola a casa.

Al llegar al lugar ya era el momento del don, la señora Alma dijo las mismas palabras y todo el mundo vio a Antonio caminar con Mirabel hasta la puerta.

Con la respiración contenida todos vieron la puerta brillar y mostrar el don del Madrigal más joven.

Elena hizo énfasis en irse, estaba caminando hasta la puerta hasta que casita le arrimo hasta donde estaban las demás mujeres del pueblo, todas contentas hablaban.

—Elena, mi hijo Mariano esta pensando en matrimonio.

—Adivinen quien tendrá un bebé

—Pronto mi hijo cumple años y quiero el mejor pastel para su fiesta.

Y así siguieron las conversaciones. Elena llegaba a ser muy querida en el pueblo, incluso la consideraban símbolo de buena suerte, en la última ceremonia del don no estuvo y eso solo aumento la superstición de la gente.

Por otro lado su esposo rodó los ojos con una sonrisa burlona, sabía que su querida esposa se quedaría a hablar y tomar durante horas con las demás mujeres del pueblo incluyendo a Julieta.

La ahora madre parte de la familia Madrigal antes era la mejor amiga de Elena, pero desde el embarazo de la mujer nunca más se les volvió a ver unida aunque la Madrigal lo intento. Aun así en eventos en común como cumpleaños se les podía ver compartir unas palabras sin importancia.