—Abuela —llamo Mirabel mientras tocaba sin parar la puerta.
Llevaba veinte minutos intentando comunicarse con alguien adentro.
Tuvo que usar la última opción y abrir sin recibir invitación.
Mirabel encontró a su abuela viendo por una ventana sin ninguna expresión.
—¿Abuela Alma? ¿Esta todo bien?—pregunto la adolescente
—Nada esta bien, este pueblo caerá en el caos, solo voy a esperar a que todos vean que como yo manejaba todo era lo mejor —aseguro la señora arraigada a sus viejas costumbres—. Sé que querías ayudar Mirabel, pero esta decisión de libertad nos hará daño.
—Todos estarán mejor, Dolores se casara con quien quiere, Isabela esta buscando algo que la haga sentir ella misma, Luisa solo esta acostumbrándose a no tener que soportar tus exigencias de que haga más y más ¿Cómo puedes crees que estaban bien? —pregunto indignada la menor.
Venía con toda la motivación del mundo para hablar con su abuela de buena forma ¿pero como hacerlo? Cuando obviamente la mujer no quería ningún cambio.
—¿Y la comida de tu madre ahora tendrá condiciones para comerla? Eso es tan cruel para los pobladores
—Cruel es que mi mamá tenga que cocinar día y noche para tener algo de comida para todos aunque no tengan ni heridas, muchos solo venían por capricho de la comida de mi mamá
—¿Y? Es porque es deliciosa y sana
—Mientras que le provoca gran cansancio a mamá... A tu hija ¿no la veías? como a veces se duerme en la cocina, yo la veo así desde que tengo memoria y papá pide ayuda a Felix para ponerla en la cama.
—Un don es responsabilidad, cuando lo tienes es tu deber ayudar el mundo
—Ayudar, no malcriar. Le dire a mi mamá que solo haga galletas desde ahora, dos bandejas por día y listo, eso es lo único que se necesita en todo un día según medí —declaró Mirabel—. Tú le haces más daño al pueblo abuela, porque se acostumbran a nosotros y no sabemos cuando alguien volverá a nacer con el mismo don, pero nosotros morimos tarde o temprano, aunque tranquila que arreglaré tus errores
Sin más que decir la adolescente se fue descontenta.
Tenía que reparar a su familia, lo veía más claro que el agua.
Su plan de unir a una pareja debería esperar.
Esa noche y los siguientes días haría reglas, horarios, una forma de organizar a su familia sin ser sobreexplotada. Aunque no era tan fácil como esperaba, se quedó dormida encima de su plan a casi concluir cuando el sol salió.
—Mirabel, estas babeando la mesa —le regañó su mamá Julieta a la par que trataba de despertarla—. Levántate, mi niña tienes ojeras ¿no dormiste bien anoche? ¿Tu cuarto tiene algo?
—No mamá... Solo quiero mejorar todo —balbuceo escapando de los brazos de morfeo.
—Mi niña... ¿Qué dicen esos papeles? —empezó a examinar Julieta encontrando los planes de su hija para todos.
Incluso uno donde trataba de ayudar a su tía Pepa a planificar lluvias y días de sol en beneficio de los cultivos.
Julieta no pudo evitar sonreír, su hija se esforzaba tanto por esta familia, no obstante debía regañarla igual.
—La mesa no es una cama señorita, ¿no dormiste haciendo todo esto? ¿Qué hemos dicho de las horas de sueño? A la cama ahora, yo entregaré los que están listos —ordenó la mujer mayor que con ayuda de casita mando a su hija menor a su cuarto.
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La Esposa de Bruno (Bruno Madrigal)
Fiksi PenggemarElena Rosario parecía ser la única persona que no buscaba acercarse a ningún Madrigal. A Mirabel le daba curiosidad esa actitud, pero no es hasta que necesita salvar el don de su familia que descubre que la señora Elena era la esposa de su tío.