P A S A D O

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Escribiré con tu nombre en mayúsculas

Hasta que sea tan grande como tú

El creador de Iron Man suelta un gruñido cuando una voz castrosa y chillona se coló en su sueño. La voz le exigía abrir los ojos y dejar el mundo imaginario que su mente había elaborado. Él se negó rotundamente a obedecer su mandato, le gustaba ese lugar lleno de cosas inexplicables y fantásticas, no iba a salir de ese sitio pronto. La presencia siguió insistiendo perturbando el escenario tan perfecto y armonioso que había fabricado con esfuerzo.

"Stark"

"Tony, despierta"

Lo llamaron con más claridad e intensidad, el castaño maldijo al reconocer al dueño de aquella voz.

—¡Stark! —El grito causó que los ojos del genio se abrieran completamente y volteara a ver a su alrededor frenético. —Oye tranquilo respira

Al cerciorarse que no había ningún peligro cerca y reconociendo la presencia parada a lado de su cama soltó un suspiro de alivio.

—Maldición Lang —se llevó una de sus manos a su pecho justo donde descansaba el reactor Arc —¿Cuál es la necesidad de despertar así a las personas?

—Es la única manera de despertarte —responde el hombre hormiga cruzándose de brazos —llevo aquí más de 5 minutos intentando levantarte, tienes el sueño muy pesado

Stark bufó mientras se sentaba en el edredón y masajeaba sus ojos hinchados, no sabía si era por dormir tantas horas seguidas o por llorar pero tampoco era como si le importara en realidad.

—Se puede saber qué es tan importante para que irrumpas en mi habitación y me despiertes de esta manera —cuestiona el hombre de hierro mientras estiraba sus espalda.

—Pasa que ya cumpliste tu condena y no has salido de tu celda —contestó esbozando una sonrisa petulante —El Cap me mando para ver si seguías con vida.

—¿Qué hora es? —pregunta Tony aún adormilado.

—Las 7:30 de la noche —la respuesta de su colega causa que el millonario lo mire con una expresión de espanto.

Había pasado más de 19 horas encerrado en su habitación.

El tiempo pasó volando para Tony porque la mayor parte del tiempo se la pasó durmiendo y cuando no lo hacía lloraba hasta que el cansancio lo dominara una vez más, era un círculo vicioso que se repitió durante horas.

—Ya vamos a cenar —le indica Scott —Ahora le tocó a Nat cocinar

—Creo que paso —dice el genio con un intento de sonrisa

—Vamos, Natasha ha mejorado mucho en la cocina —insiste el pelirrojo —Ya no se le quema la comida y ya sabe diferenciar el cilantro del perejil. —El castaño ríe sutilmente —Bucky le ayudó así que hay una probabilidad del 85% de que no nos intoxiquemos

—No se trata de eso, es solo que no tengo hambre —señala el genio encogiéndose de hombros.

—Llevas encerrado aquí por horas y ¿no tienes hambre? —alza una ceja mostrando su desconfianza y mira con recelo al hombre de hierro.

—No —responde de manera automática —Así que te pido que te retires de mi habitación y me dejes dormir.

Scott lo observó con extrañeza, sus ojos lo analizaba sin disimulo, buscando la causa de su comportamiento porque sabía que algo pasaba con su amigo. Tony se mordió la lengua para no soltar otra maldición.

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