C O N F E S I O N E S

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Tony Stark no se consideraba una persona sensible.

Sí, tenía sus momentos como cualquier humano, pero eran contados. La vida lo había golpeado y machacado tantas veces que había perdido la cuenta. El destino con crueldad y sin piedad lo separó de sus padres y de Jarvis, lo hizo presenciar muertes y sufrimiento durante gran parte de su vida como héroe mientras estaba bajo el reflector observado por todo el mundo y estando en la boca de todos.

Y ahora pasaba por la experiencia de un corazón roto.

Su vida era como una montaña rusa llena de giros, de altos y bajos, pero sin nunca detenerse. Se llenaba de orgullo al decir que a pesar de todo lo que tuvo que afrontar estaba ahí, vivo y luchando para seguir en el juego.

Era difícil que tuviera un momento de debilidad, él no lloraba con facilidad, siempre con la frente en alto enfrentaba los problemas y la maldad que invadía a este mundo.

Pero ver la expresión rota en el rostro de aquel hombre y al niño que sollozaba sin contenerse detrás del vitral fue demasiado hasta para él.

Era el séptimo día que Erik Lehnsherr y su hijo Pietro visitaban la torre de los vengadores, siempre con la intención de ver a la hija de la familia que hasta el momento no había despertado. Todos los días era la misma rutina, llegaban a las 2 de la tarde con un regalo a veces era un ramo de flores otras veces un peluche, al estar en la puerta esperaban al vengador que más cerca o que estaba disponible en ese momento y los guiaba a la habitación donde descansaba la niña y se quedaban ahí hasta que anochecía.

El millonario tenía entendido que el padre de Wanda no estuvo presente en el momento que llegaron de Transilvania ni los 3 días posteriores de ese hecho porque estaba inconsciente, no le dieron detalles de ese suceso, pero se alegró al enterarse que recién que despertó no tardó en aparecer para acompañar a su hija.

—Si te molesta le puedo decir que se vaya —La voz de su amiga llega a sus oídos y se da cuenta de que está detrás de él.

—No, ya terminé por hoy déjalo —le dice el castaño sin mirarla —es su hora de visita no quiero quitársela.

—¿Algún progreso?

—Sí, Bruce cree que su sangre pueda ser la clave —explica el millonario con voz monótona.

—¿Le harán una transfusión con su sangre? —pregunta Natasha sin esconder la preocupación en su voz.

—Bruce tiene la teoría de que su sangre al contener rastros de rayos gamma puede neutralizar la biotecnología de Drácula porque...

—Los rayos gamma tiene el mismo efecto que los rayos del sol, la única debilidad de Drácula —Stark asiente ante la suposición de la vengadora —Me parece lógico.

—Lo es, es la opción más cercana que tenemos a una cura.

—Pero no quieres hacerlo —teoriza la rusa y el genio afirma con la cabeza.

Aún no se explica cómo la mujer puede conocerlo como la palma de su mano al igual que Scott.

"¿Será un don que solo los pelirrojos pueden adquirir?"

—Como todo hay un riesgo —responde mirando por primera vez a Natasha —Sé que si logramos elaborar una cura para esto será un descubrimiento importante para la ciencia, puede incluso que Bruce y yo nos llevemos un premio nobel por esto, pero si algo sale mal... —vuelve a ver a la familia Lehnsherr por la barrera transparente que los separa —Creo que ya sufrieron demasiado.

—Hace un par de años tu respuesta hubiera sido completamente diferente —comenta la rusa poniéndose a lado suyo —Me alegra que con el tiempo te hayas vuelto una persona más empática, pero recuerda que la decisión final no te corresponde.

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