La Apuesta

C O M P A Ñ Í A

—Buenos días bella durmiente, ¿Cómo amaneció su majestad? —El castaño blanqueó los ojos al escuchar la voz de su amiga.

—Con sueño —Respondió Tony soltando un bostezo mientras ingresaba a la cocina —¿Qué vamos a desayunar?

—Waffles —Responde otra voz. El millonario agrandó los ojos al reconocer la voz y dirigió su vista hacia el emisor encontrándose con la espalda del Capitán América, quien se encontraba batiendo una especie de mezcla —¿Quieres café o jugo?

—Café está bien —responde distraído tomando asiento a lado de su amiga.

—Steve se ofreció a hacer el desayuno cuando le dije que estabas aquí, ¿No crees que es un lindo gesto de su parte? —comenta Natasha mientras bebe de su jugo de naranja.

—Nat, soy yo el que cocina todos los días en esta torre —contesta el rubio girando sobre su propio eje para quedar frente a Tony y la pelirroja —Si por ustedes fuera ni siquiera ocuparíamos la cocina.

—Pero nunca haces waffles —Objeta con una sonrisa burlesca —Siempre haces ensaladas y bebidas raras. Todo el tiempo nos reprochas cuando decidimos comprar comida rápida o algún postre y ahora haces waffles solo porque Tony está aquí debo de admitir que estoy un poco celosa.

Tony sonrió ante la revelación de Natasha. Saber que Steve hizo ese detalle por él hace que su corazón se infle de emoción y se sienta conmovido. El millonario era consciente que el soldado era fiel creyente que una buena alimentación era fundamental para el rendimiento del equipo.

Sin poder evitarlo recordó sus años viviendo en la torre y las peleas que mantenía el rubio con los vengadores por no respetar la dieta que les ponía. Tony como el rebelde del equipo no seguía esa dieta, al contrario, siempre que tenía la oportunidad comía sus donas favoritas frente al Capitán con una sonrisa descarada.

Tony había tenido discusiones fuertes con su compañero de equipo por esa cuestión a tal punto que una vez se dejaron de hablar por días.

¿La razón?

Una bolsa de papas fritas.

—¿No tienes cosas que hacer Romanoff? —Preguntó el líder de los vengadores con seriedad. La chica lo miró sorprendida por su actitud, pero sonrió poco después.

—Sí, tengo que reunirme con Charles para ponernos de acuerdo con la compra de los cuadros.

—¿Cuadros? —pregunta Tony con interés.

—Si los cuadros que pinta Steve —Responde haciendo que el castaño mire al rubio confundido.

—No sabía que tenías dotes para la pintura Capi —Responde el castaño con una sonrisa ladeada.

—y no solo eso —Comenta la rusa con emoción.

—Nat...

—Es uno de los pintores más famosos actualmente.

—¿Famosos? —Tony piensa en los pintores más reconocidos, en sus colegas artistas y ninguno ha mencionado el nombre del soldado por lo que el tema de conversación se pone más interesante para él.

—Natasha... —advierte por segunda vez Rogers pero su amiga lo ignora.

—Sí, Steve es Nomad

—¡Natasha!

Tony agranda los ojos, pero no dice nada porque no sabía qué decir. El ambiente se había vuelto tenso. El genio puede sentir la molestia del rubio y tuvo la necesidad de tragar saliva. Estaba incómodo por la situación y antes de que pudiera huir la chica volvió a hablar.