R E M O R D I M I E N T O S

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"Quizás bastaba respirar

solo respirar, muy lento"

¿Un soltero puede ser feliz? obvio

¿Un casado puede ser feliz? por supuesto que no.

En la actualidad, la mayoría de las personas huyen del matrimonio, creen que es el peor error que puedes cometer en tu vida, porque el amor se acaba y la rutina agota.

¿Quién quiere pasar el resto de su vida pegado a una persona 24/7? ¿Quién está tan loco para sacrificar su libertad y encadenarse a un compromiso que no garantiza la felicidad eterna?

¿Quién se casa por amor? ¿Quién puede amar a una sola persona por el resto de su vida?

Nadie. Nadie que aprecie su libertad, su felicidad y sea egoísta se condenaría al matrimonio.

Excepto Steve Rogers.

La idea de contraer nupcias no era aterradora para el héroe de la nación, lo veía como esa fantasía que añoras y sueñas por las madrugadas hasta quedarte dormido sabiendo que por la mañana debes volver a enfrentarte a la vida que te tocó.

Porque para el vengador el matrimonio era sagrado, era la unión de dos personas dispuestas a compartir su vida hasta que el amor se desvaneciera o la muerte los separará. Era comprometerse a estar para el otro en los momentos felices, en los momentos difíciles, afrontando los problemas y los caminos del destino juntos como los compañeros de vida que prometieron ser.

No cualquiera podía con semejante responsabilidad, nadie quería poner en peligro su libertad.

¿Por qué Steve Rogers lo ansiaba con todas sus fuerzas?

Simple, era un romántico, y como cualquier romántico creía en el poder del amor.

Él pensaba que cuando encontrara el amor todo sería distinto, podría casarse y vivir una vida plena y feliz.

Que equivocado estaba, porque enamorarse por primera vez fue todo menos sencillo y tranquilo.

Enamorarse por primera vez le trajo demasiado dolor, alimento sus inseguridades y lo atormentó por mucho tiempo. Si pudiera describir su primera experiencia en una sola palabra sería "impredecible" porque todo lo que vivió y sintió a lado de su primer amor fue inesperado, espontáneo y lleno de sorpresas.

Porque Tony Stark era todo menos predecible.

Esa experiencia le trajo más cosas malas que buenas y aprendió que el amor no era sinónimo de felicidad, dulces y rosas, no, el amor era más complejo, más abstracto y más profundo. Engloba muchas emociones, muchos sentimientos, unos conocidos otros completamente nuevos y difíciles de explicar que no podrías asignarle un nombre o describirlo con palabras, solo los sentías en cada poro de tu piel y en cada rincón de tu corazón.

Por primera vez sintió el dolor de ver como la persona que le robaba el aliento le regalaba su sonrisa a alguien más.

Por primera vez sintió los celos salvajes que aparecían cuando su amado ponía toda su atención en todos menos en él.

Por primera vez sintió envidia al ver cómo el hombre que añoraba besar otros labios.

Y por primera vez sintió lo que es vivir con un amor no correspondido.

Esa experiencia le dejó un sabor amargo, le quitó la ilusión y debilitó esa chispa en su interior que deseaba amar y ser amado. Su concepto del amor cayó por los suelos y aceptó que el amor no estaba hecho para él, no estaba en su destino compartir su vida con alguien más.

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