E S C A R L A T A

287 30 28
                                    

El vengador miró a su acompañante atónito aún procesando lo que acababa de ocurrir. La picazón y el ardor no tardaron en manifestarse y con su mano rozó su mejilla ahora rojiza y sensible.

—No podemos detenernos, no ahora —le indica la mujer con determinación sin mostrar ningún arrepentimiento por su acción.

El Capitán abre la boca, pero ninguna palabra sale de ella y la vuelve a cerrar, está aún aturdido por la bofetada que acaba de recibir por parte de la telépata.

—Sé que son tus amigos, pero no podemos ir por ellos y descuidar la misión Rogers —su voz era firme y enfática —Scott está en camino para ayudarlos. Iron Man y Black Widow van a estar bien, ahora nuestra prioridad es encontrar a Wanda y Peter. —El líder de los vengadores asiente aun tocando la zona adolorida de su rostro.

Al escuchar la voz desesperada de Anthony pidiendo ayuda su instinto le gritaba que dejara todo y corriera a buscar al hombre de hierro y a su amiga pelirroja. Estaba decidido a dejarlo todo para auxiliarlo, pero Emma lo detuvo con su bofetada y sus duras palabras llenas de verdad.

No podía distraerse, no podía dudar, no cuando las vidas de Peter y Wanda estaban en juego.

Terminaron de recorrer el pasillo en silencio analizando cada rincón cuidando que ningún detalle se les pasara por alto. Emma por alguna razón desconocida no podía usar su poder de telepatía para encontrar a los niños, alguna fuerza extraña se lo impedía lo que complicó y alargó la búsqueda.

La búsqueda terminó cuando se encontraron frente a una puerta antigua de hierro.

—Esta es...

—Si

Estar frente a la enorme puerta de la habitación de Drácula le traía recuerdos que creía olvidados.

Tener como aliado al rey de los vampiros fue una experiencia bastante peculiar para él.

El Capitán América y el ser sobrenatural no compartían ideales, creencias y mucho menos costumbres. La moralidad y los principios del soldado le resultaba anticuada e ingenua a Drácula mientras que la indiferencia y hostilidad que mostraba el vampiro ante la situación incomodaba al rubio.

A pesar de las adversidades que se pusieron en su camino, ganaron la guerra con Hydra y la relación entre el rey de los vampiros y Steve pudo llegar a catalogarse como cordial.

Por ese motivo el vengador no comprendía cómo su antiguo aliado volvía aparecer en su vida con intenciones de lastimarlo y agredirlo.

—Será mejor que te transformes —sugiere el soldado alzando su brazo poniendo su escudo frente a él. —No sabemos qué es lo que hay detrás de esa puerta.

La mutante al escuchar sus palabras, manifestó su poder protegiendo su cuerpo bajo su piel de diamante que le brindaba su mutación. Steve patea con fuerza la puerta despegando la pieza de la pared abriéndose paso al interior del cuarto, los héroes entraron a la habitación.

Listo para enfrentar lo que sea que estuviera en ese lugar caminan cautelosos y alerta. Observaron el cuarto por completo, no había señales del rey de los vampiros por ningún lado.

La rubia y el soldado compartieron una mirada mientras le dirigían al otro un asentimiento de cabeza para después desplazarse en direcciones opuestas para analizar con más detalle aquel lugar lúgubre.

Steve solo se atrevió a soltar su escudo y perder la compostura cuando reconoció el pequeño cuerpo acostado a unos metros de donde se encontraba. A grandes zancadas recorrió esa distancia con rapidez para después desplomarse en el frío suelo y tomar en sus brazos la pequeña anatomía del niño.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora