un lugar que sea para ti ❣️ (Marinette Y Tú)

6:No tan malo.

Me quedé ahí sola, era lo mejor, no quería que mi Marinette se incomodara aún más.

- realmente me alegra que vinieran- dije sonriendo.

- no hubiéramos venido de haber sabido que era tu empresa- afirmó mi padre encendiendo su pipa, hice un puchero.

- no es solo mía, es un proyecto que inicie con Marinette y varios amigos de la universidad, queríamos emprender y mira, se está logrando- dije entusiasta.

- te lo reconozco _____, has hecho un buen trabajo - dijo Adrien y yo le sonreí.

Mis padres suspiraron con fuerza mientras el señor Gabriel solo comía con su refinada elegancia.

Podría poner todas las quejas y reproches, palabras de hostilidad de mis padres pero no tenía caso.

- Bueno ____ quieres una nota? Te la daremos- dijo mi madre.

- de verdad?- la miré y sentí que mi mirada podría brillar.

- si, pero toma en cuenta que no estamos muy contentos contigo y menos te apoyamos- afirmó mi padre, ellos se levantaron, tomaron sus cosas .

Regresó la esposa de Adrien y se despidieron de mi sin antes Adrien decir que pronto deberíamos reunirnos.

El último fue el señor Gabriel.

-sere honesto con usted señorita, me decepcionó mucho el hecho de romper su trato conmigo pero simplemente no iba a obligarla, sin embargo, reconozco que siempre ha tenido talento y espero siga esforzandose hasta alcanzarme- dijo medio sonriendome y solo viéndome de reojo.

- le juro que le quitaré el puesto- le aseguré.

El pareció querer reír pero simplemente se inclinó a forma de despedida y se fue.

Mire a todos ellos irse, a todos los que habían sido parte de un pasado algo duro y lleno de mentiras y expectativas no cumplidas, a pesar de eso, a los 2 hombres que más había decepcionado no parecían tenerme rencor, sin embargo, mis padres parecían odiarme.

Era agobiante de pronto recordar todo, luego miré a un lado y vi a Marinette observandome a la distancia y le sonreí "estoy bien ahora" me dije a mi misma y ella también sonrió.

Terminamos de arreglar el salón, los vestuarios, ordenamos los contratos y la sorpresa fue grata, cada vez teníamos más contrataciones y pedidos mas grandes.

Todo estaba bien... estaba.

Tal vez de haber leído la revista de mi madre habríamos podido solucionar algunas cosas antes.