Capítulo 2

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Hoy, había una reunión con los dueños de una cadena de hoteles super lujosos, de esos de cinco estrellas, que querían expandirse en esta parte de la ciudad, para ultimar detalles. Scott pasó por mi cubículo sin siquiera saludarme, algo muy normal en estos meses. Maggie me había enseñado todo lo que tenía que hacer en esos dos días de prueba, aprendí rápido, ya que soy suficientemente capaz para este tipo de trabajo. La rubia y yo conectamos rápidamente, y así, me gané una nueva mejor amiga, puesto que de mi pasado no quedaba nadie. Mi jefe ni siquiera tenía la cordialidad de dirigirme la palabra, cuando entraba o salía de la empresa. Puse mis ojos en blanco cuando pasó y se detuvo mirándome fijo.

— Cada vez que paso, hace exactamente seis malditos meses, volteas los ojos en vez de ser educada y decir "Buenos días, señor Scott"

Al principio su voz sonaba ruda y enojada, pero cuando quiso imitar la voz de una mujer, con las palabras que usó marcando con sus dedos las comillas, no pude evitar reír, me recuperé rápidamente y contesté:

—El que llega tiene que saludar. Es una cuestión de educación. Si usted pasa por aquí, y yo ya estoy en mi puesto, quien tendría que saludar es usted, jefe. — Remarqué la palabra "jefe" inclinado un poco la cabeza, poniendo mi cara de niña buena, aunque no sé realmente si la imitación salió bien.

Negó lentamente con un brillo en sus ojos de diversión, que no me pasó desapercibido. Si no fuera tan arrogante, podría ser una linda persona. Hacía tantas cosas caritativas y cuando lo veías salir del edificio a todos regalaba sonrisas y daba propinas. Se notaba que no era una persona agria, pero si estaba sumergido en su mundo. Especialmente notaba la tensión que tenía cuando nos encontrábamos y, sin embargo, cuando hablaba con otros se relajaba. No sé por qué, pero nos poníamos nerviosos mutuamente cada vez que chocábamos en los pasillos de la empresa.

— La reunión está por comenzar, presta atención cuando describan los detalles que quieren agregar en mis planos. — Me dijo serio, sacándome de mis pensamientos y se fue hacia la enorme sala que había para hacer este tipo de encuentros. Faltaban cinco minutos, yo siempre me ubicaba a su izquierda de la mesa que estaba en el medio de la sala, justo frente de una enorme pantalla donde Scott pasaba por diapositiva todos los dibujos hechos perfectamente a mano, con sus ideas. Cuando entré, todavía los dueños del nuevo hotel no habían llegado. Solo estaba mi jefe con su equipo de constructores y yo. Me miró y corrió mi asiento para que lo tomara. Era tan malditamente atractivo cuando hacía ese ademán de caballero que le salía tan natural. Asentí y tomé mi lugar. Diez minutos más tarde llegaron. Mi boca hizo una perfecta O, cuando me di cuenta quienes eran los nuevos empleadores, los conocía a la perfección. Me regañé por no haber leído atentamente el cronograma de hoy, si hubiera prestado atención, no hubiera venido. Desearía inventar cualquier excusa coherente en este momento, pero no podía. Este era mi trabajo y tenía que ser responsable y educada. Scott me miró con el ceño fruncido.

— Hola Michael. — Saludó la rubia, que tenía unos ojazos celestes y un cuerpo digno de envidiar. En un vestido negro, corto y apretado, que le quedaba perfecto. ¿Esta mujer nunca dejaba de llamar la atención?

— Michael. — Estrechó la mano Jensen con la de mi jefe.

Era la primera vez que escuchaba que alguien lo llamaba por su nombre. Scott les devolvió el saludo con un abrazo delicado y un tierno beso en la mejilla a la mujer y un fuerte apretón de manos a él. Los ojos de Jensen, rápidamente, se posaron sobre mí y dibujo esa sonrisa que recordaba. Tan hermosa y profunda, con un pequeño hoyuelo en su mejilla izquierda.

— ¡Kati! Tanto tiempo, estás preciosa. — Se acercó, con ese andar sexy que lo representaba tan bien, me levanté por impulso, como si la silla tuviera un resorte. La primera intención de mis pies fueron de correr, pero me abrazó y solo alcancé a poner una sonrisa tonta en mi cara. Definitivamente, me hacía mal tener a mi ex justo ahí, tan cerca, en una reunión de trabajo. Se alejó un poco, pero siguió rodeándome de la cintura. — No quisiste trabajar para mí, pero estás trabajando como asistente de Michael.

Mi Futuro [Terminada]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora