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—¿Qué tal Mark?—Cuestionó Mingi, su hermano adoptivo, quien se encontraba en la parte superior de una de las dos literas de la habitación mientras jugaba Candy Crush.—Es lindo.

—No le gustan los chicos, Mingi, te lo he dicho dos veces. Y a mí no me gusta él.—Se negó de inmediato mientras arrugaba su nariz.—¿Negro o rojo?—Preguntó al colocar dos suéteres frente a su cuerpo, encontrándose completamente indeciso.

—El rojo dice que eres sexy y atrevido.—Observó Yunho, otro de sus hermanos adoptivos, quien estaba recostado sobre la parte superior de la otra litera con una laptop sobre sus piernas.

—Pero el negro dice que eres un chico rudo e intimidante, y vas a trabajar en una tienda de tatuajes mientras intentas pretender que tu piel está llena de tinta, así que creo que ese alejará a los curiosos.—Observó Yurina, la mayor de todos los hermanos. Estaba haciendo el test de una revista a un lado de Yunho.

—Supongo que voy por lo seguro.—Decidió mientras se quitaba la camiseta azul que estaba llena de pintura y babas de Hongjoong.

—Hablando de ir por lo seguro... Puedes ir con Yeonjun.—Sugirió Mingi casualmente.

La habitación se quedó en silencio.

—Terminé con él hace seis meses, Mingi. No iré con Yeonjun, y mucho menos para que Jennie te deje ir a una fiesta junto a tu estúpida novia.

—Vamos, San. Por favor.—Le suplicó mientras hacia un puchero. El tatuador rodó los ojos.

—Iré.—Terminó cediendo.—Pero definitivamente no con Yeonjun. Tendrás que buscar a alguien más.

—¿Qué tal Chaewon? Es lesbiana, se llevan bien y estoy seguro de que se alejará de ti en cuanto vea la gran cantidad de chicas que habrá allí.

Chaewon había sido la primera novia de Mingi. Se separaron luego de una semana, pues ella se había dado cuenta de que le gustaban las chicas y a Mingi... A él simplemente le gustaba otra chica. Aún así, luego de su fallido amorío, ambos se mantenían en contacto.

—Tendrás que hablar con ella.—Aceptó San con un encogimiento de hombros. Rápidamente el suéter negro pasó por su cabeza, y con un suspiro se sentó frente al espejo del tocador.

Mingi dejó escapar un chillido.

—¡Eres el mejor hermano adoptivo del mundo, San!

—¿¡Qué hay de mí!? ¡Soy asombroso!—Se quejó Yunho.

—Lo eres, pero cuando te pedí que me acompañaras te negaste y dijiste que preferías quedarte con Yurina a hacer manualidades.

—Eso es porque soy su favorita.—Presumió Yurina acurrucándose con Yunho, una leve sonrisa decorando sus labios.

—En realidad es porque odio a la novia de Mingi...

—¡Yunho!

San rió desde su lugar mientras intentaba maquillarse para hacerse ver un poco más maduro y profesional.

—¿Qué vas a tatuar hoy, San? ¿Traseros o algo así?—Atacó Mingi con su muy típica curiosidad.

—No lo sé.—Respondió mirando a su distraído hermano adoptivo a través del reflejo del espejo. No parecía interesado del todo.—Tengo un par de citas con unos hermanos que quieren los nombres de sus padres en las muñecas y una anciana que planea tatuarse una mariposa en el pecho... Supongo que lo demás será una sorpresa.

Se miró al espejo, asombrándose así ante los poderes de su maquillaje. Lucía mayor, profesional, intimidante. Y le gustaba, pues así nadie preguntaría nada.

El Tatuador de Libélulas || WooSan (Adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora