Sangre Mikaelson

CERO

Meses habían pasado desde que Davina se había enterado que estaba embarazada, actualmente estaba en sus últimas semanas de embarazo. Estaba recostada en la silla fuera de su casa mientras pensaba en todo lo que ha sucedido. Kol no la ha buscado más, Niklaus la mando a matar porque la creía una amenaza después de que terminara con su hermano pues según el ella sabía mucho de ellos y no confiaba en ella, y viendo las cosas positivas, encontró nuevos amigos que la estuvieron ayudando y apoyando en todo su embarazo.

—¡Ya llegamos brujita! Te trajimos unos pasteles de chocolate.

—¡Damon porque te comiste la mitad del pastel si es para Davina!—Mira enojada a Damon y lo señala con su dedo.

—Yo no me lo comí, Bon bon—Se excusa indignado—A demás compramos muchos pasteles.

—Como va ese pequeño bicho—Stefan se acerca para abrazarla y tocar su vientre abultado.

—Creciendo cada día más, desde la mañana se ha estado moviendo mucho.

—Cuando crezca la llevaré a su primera borrachera.

—Nada de borracheras.

—Eso ya lo veremos—Sonríe y se acerca a Davina y susurra—Tú que opinas bicho ¿verdad que es una buena idea?.

El abultado vientre de Davina se comenzó a mover varias veces y Damon sonríe orgulloso mientras todos lo fulminan con la mirada.

—Quiero tener al bebé aquí en casa.

Un largo silencio se escucha y todos posan su atención en la bruja.

—No hay un lugar seguro. En cualquier lugar querrán a mi bebé y la opción más segura es aquí.

—Tranquila, nosotros estaremos contigo, todo saldrá bien.

Todos le regalan una sonrisa que logra tranquilizarla, para ellos ella ya se volvió una más de su disfuncional familia como también el bebé que espera y es muy esperado en la familia. Davina había estado esperando el momento indicado para contarles.

—Creo que es momento que sepan quien es el padre de mi bebé.

—Cariño, si no te sientes cómoda...

—Si no lo digo ahorita no se cuando sere capaz de decirlo.

Estuvo contando todo su historia de lo sucedido detalladamente, las tres personas escuchaban todo con atención, todo lo qué pasó la bruja.

—El padre es un....

Sintió un frío recorrer en su entrepierna, abrió los ojos sorprendida y entró en pánico.

—Creo que lo tendré que dejar para otro momento.

—¿Que te pasa brujita?—Damon se preocupó al ver palidecer a Davina.

—Ya viene en camino, se me rompió la fuente.

Los hermanos Salvatore se pusieron nerviosos y también entraron en pánico pues no sabía que hacer, Bonnie emocionada comenzó a decirles que trajeran cosas pues ella iba a recibir al bebé. A lo segundos trajeron todo lo necesario e incluso ropita para el bebé.

—Llamaré a Caroline antes de que nos mate por no avisarle.

—Te acompañó.

Afuera estaban ambos hermanos en llamada con Caroline que no dejaba de gritar y maldecir un millón de cosas.

—Ya voy para allá llegaré en cinco minutos.

En la sala había regalos para el bebé, grandes bolsas y cajas que abarcaba el pequeño espacio de la sala. Afuera todos estaban impacientes esperando alguna noticia y pudieran entrar. En cuanto escucharon la puerta abrirse alzaron su mirada y miraron a Bonnie con una sonrisa.

Al llegar al cuarto tocaron la puerta y tras recibir una respuesta entraron todos juntos cuidadosamente. No se podía ver al bebé pues estaba tapado por la madre que acariciaba cuidadosamente sus pequeñas manos.

—Mi bebé es una hermosa niña—Una sonrisa se formó en la madre de la niña y comenzó a llorar de la felicidad.

—¿Escuche bien?.

—Lo sabía, lo sabía—Chilló emocionada Caroline.

—Ay no, una pequeña mujercita. Ya no más mujeres, un día de estos me volverán loco—Damon dramatizo—¿Puedo cargarla?.

Davina asintió y le pasó cuidadosamente a su bebé, Damon se concentró en ver que la estuviera cargando correctamente y no se sintiera incómoda. La pequeña se removió inquieta y una mueca triste estaba apunto de crecer en Damon pero se dio cuenta que con su pequeña manita agarró su dedo y al parecer se había dormido.

Todos miraban sorprendidos, Damon se controló perfectamente y otra cosa era que el y los niños no se llevaban para nada bien, siempre decía que odiaba a los niños, pero ahí se miraba todo lo contrario, miraban cómo sonreía emocionado y feliz a la bebé.

—¿Puedo ser su padrino?.

Stefan frunció el ceño completamente confundido.

—Creo que me cambiaron a mi hermano—Parpadeó perplejo.

—¡Por que no me avisaron antes!—Elena entró enojada mientras fulminaba a todos con la mirada hasta que miro a su amiga y a la pequeña.

—Felicidades cariño, serás una buena mamá—La abrazo y se acercó a la Niña—Que hermosa esta ¿La puedo cargar?.

—Quita tú mano que la vas a despertar—Damon le pego un leve manotazo y Elena frunció su ceño.

—Lo siento Elena pero todavía hay personas esperando—Sonríe divertida.

El nuevo linaje Mikaelson ya había nacido, un leve cosquilleo en el pecho y un leve ardor sintieron, las brujas de la Familia, sorprendidas comprendieron lo que acaba de pasar, ya sabían que una primogénita había nacido.

¿Quien la encontrará primero y lo más importante le querrá hacer daño?.