OCHO

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Miro repetidas veces a Davina y Damaris, ahora todo tenía sentido se dijo a si mismo

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Miro repetidas veces a Davina y Damaris, ahora todo tenía sentido se dijo a si mismo. Solo que faltaba que la bruja confirmara su gran pequeña sospecha.

—Yo pensé que estabas sola mamá —susurro avergonzada—mejor te cuento luego.

Corrió a los brazos de su tío quien la alzo y le acariciaba su cabello. Damon frunció su ceño y Damaris se rió al ver las caras que su tío hacía. Aún con Damaris en brazos se acercó a su hermano y amigas.

—Acaso es....

—No le digas Elijah, por favor—suplico con miedo—El no tiene que enterarse. Al menos no por ahora.

—Entonces es un sí —sonrió—te doy mi palabra de que no le diré nada.

—¿El está aquí ahora mismo?.

—Esta tranquila que salió de casa—Davina suspiro y Elijah se acercó a las maletas—déjenme ayudarles.

—Señor Elijah yo puedo con mi mochila —bajo de los brazos de Damon al ver como Elijah cargaba maletas.

—Yo puedo solo señorita Estefanía.

—Dime Dam—miro a Elijah—Dam, para los amigos—rió al ver la sonrisa del mayor.

—Entonces, Dam. Dime solo Elijah, nada de usted y señor.

No se dieron cuenta cuando fue que terminaron de subir las escaleras y se encontraban en la habitación donde dejaron todas las maletas y mochila.

—Esta bien.. Elijah.

Cuando estaban por bajar cuándo miraron a Niklaus que sonreía viendo a los invitados, Damaris rodó los ojos y Elijah estaba serio mientras miraba a su hermano.

—Que sorpresa verlos... A todos—miro a todos los que se encontraban ahí hasta que miro a Davina—Vaya... no sabía que los conocías. Cuánto tiempo sin verte, amor.

—Claro, como olvidarlo. Cuando intento matar a mi mamá—soltó Damaris en voz baja.

—Escucha Niklaus no venimos a pelear—Damon soltó calmado.

—Y tu.... —miro a Damaris a un lado de su hermano —no me digas que es....—Damon asintió antes de que dijera otra palabra —que sorpresa.

—Nos volvemos a ver las caras perro pulgoso —saludo Damaris.

.

—¿Cómo me veo Tante?—dio una vuelta para abrir sus brazos y mirar a Freya.

—Te ves... igual que a Damon—trato de evitar reírse.

—Entonces me veo genial—dijo Damaris feliz—Tio Dam me compra ropa como él para vestirnos igual.

—¿Y a ti te gusta, no te gustaría ponerte vestidos?.

—Los vestidos no me gustan—hace una mueca—ya me acordé que se me olvidó—fue a su cajón para sacar sus lentes.

—¿Bicho ya estás lista?—toco la puerta y le hablo detrás de la puerta.

—¡Si, ahora salgo! Adiós Tante—le dió un beso en la mejilla antes de salir.

Cuando salió miro como iba vestido Damon y sonrió al igual que él. Ambos llevaban leggins, camisa blanca, chaqueta de cuero negra y lentes para el sol.

—Vamos a esa fiesta—Damaris hablo feliz al ver que después de tiempo irían a una fiesta juntos.

—Vamos antes de que tú mamá o Stefan se den cuenta—se miraron y asintieron.

Caminaron hasta el lugar mientras se quejaban de una película que habían visto y termino muy mal. Ese día ambos se voltearon para no dejar ver las lágrimas que salían de ellos, cuando se vieron ninguno dijo nada pues los dos estaban igual. Se las habían limpiado y como si nada siguieron viéndola.

—Tía Elena se enojara porque no la invitamos—recordo Amaris.

—Es día de Tío y sobrina nada más. Y a demás no está aquí.

—¿Cómo entraremos a la casa sin que se den cuenta? Ahora ya no tenemos nuestra puerta secreta dónde solíamos entrar.

—Buena pregunta —pensó un poco—Ya se me ocurrirá algo no te preocupes.

Damon se encargó del hombre para que dejara pasar a Amaris y cuando lo hizo se fueron directo a la pista para bailar. Damon le daba vueltas tras vueltas y ella reía aguantando las ganas de vomitar. Se movían de un lado a otro por separado y sonrían orgullosos viendo como algunas personas se les quedaban viendo.

—Ire por algo de tomar, Tío Dam—aviso para desparecer entre toda la gente.

Damon asintió tranquilo y la siguió con su mirada asegurándose que su sobrina se encontrara bien y que ningún imbécil se le acercara para querer hacerle daño. Miro como volvía con dos vasos y uno le entregó, sin esperar tomó su vaso lleno de soda.

Sangre MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora