DIEZ

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Había pasado una semana desde Kol se había enterado que Damaris era su hija y no sabía cómo acercarse a ella pues todo esto era nuevo para él.

Davina ese mismo día llevo a su hija a las calles de Nueva Orleans para contarle absolutamente todo. Fue ahí cuando entendió porque su familia se ponía nerviosa cuando ella se acercaba a algún Original y como el hombre al que le respondió era su padre por el cual tanto preguntaba dónde estaba y porque no estaba con ella y su mamá.

Tenía un pincel en la mano y pintaba azul la hoja que tenía, haría un hermoso paisaje y se lo regalaría a sus Tíos, Damon y Stefan.

Kol miro como Damaris estaba concentrada pintando, sonrió y decidió
a cercarse. La pequeña alzo la mirada y miro como la estaba mirando, alzo una ceja y Kol sonrió nervioso.

Otra sonrisa amenazó con salir de Damaris pero la reprimió tratando de parecer sería. Arranco una hoja en blanco y la puso a un lado de ella donde también se encontraba una pequeña silla.

—Vamos, pinta conmigo —animo a su papá para que sentará con ella.

Kol se sorprendió pero asintió y se acercó para agarrar un pincel y también pintar a pesar de que no sabía, solo hacia bolitas y palitos. De vez en cuando se daban miradas mientras pintaban pero se volteaban antes de que el otro los mirará.

Su mirada fue al dibujo de Kol y no pudo evitar reírse al ver el desastre que tenía en la hoja.

—¿Qué te parece gracioso?—se cruzó de brazos indignado.

—Lo siento es solo que no pude evitarlo —volvio a mirar el dibujo y se volvió a reír.

—Así que te parece gracioso mi hermoso dibujo—comento al entender— pues déjame decirte que es lo más hermoso que has visto en tu corta existencia.

—¡Oye! Lo más hermoso que he visto y veré son nada más que mis pinturas.

Abrió y cerró la boca indignado pero orgulloso porque definitivamente su hija será una gran pintora en el futuro.

—Creo que soy el único que no heredó el arte en la familia— susurro resoplando al ver a su hija aguantando la risa.

—No te preocupes, papá —toco su hombro en forma de consuelo y sonrió —yo te enseñaré.

—Me dijiste ¿Papá?— pregunto sorprendido pero sintiendo como su muerto corazón se llenaba de una calidez inexplicable que definitivamente desde ahora solo su hija le podía dar.

—¿Pues eso eres, no?-bromeo curvando sus labios- Mi papá.

.

Caminaban dentro del bosque y Damaris le contaba de ella para que su papá supiera más de ella. Kol prestaba atención a cada detalle y acciones de su hija.

En un punto se subió arriba de un árbol y al bajar agarro la mano de Kol. El se quedó parado pero después siguió caminando, su mano entrelazada con la su pequeña e inconsciente sonrió como nunca más lo había hecho.

—¡Mira papá está lastimada!— apunto asustada por la pequeña mariposa.

Jalo la mano de Kol y se acercó a la Mariposa, miro a su papá e hizo una seña de silencio.

—No le digas a mamá— miro a Kol quien asintió y después puso su mano encima de la pequeña mariposa, susurró algunas palabras y la ala de la mariposa apareció, diferente pero le ayudaría a poder volar.

—Eso fue genial , cariño— sonrió asombrado y orgulloso por lo que su pequeña había hecho.

—Me dejan usar magia pero como está la cosa en estos momentos me pidieron que no la usará si no fuera una emergencia.

—¿Para ti esto era una emergencia?.

—No podría volar más— miro a la mariposa que volaba encima de ella—
no podría volver a ver a su familia e incluso pudo morir. Su familia esperaría por ella sin saber que tal vez nunca más pudo llegar a su hogar.

Una vez más la sorprendió, cosa que lo hizo pensar por varios minutos y no llego a pensarlo más pues habían llegado a la casa y había quienes los esperaban para comer.


Un capítulo de la relación que están creando de papá e hija <3.

Sangre MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora