Disclammer "la historia es de mi autoría, pero los personajes de Candy candy le pertenecen a la escritora Kioko Mizuki (uno de los seudimos de keiko nagita) y a la ilustradora Yumiko Igarashi, esta historia no tiene fines de lucro solo por diversión y entretenimiento.
_______________________________________—Eres tan hermosa, Analia Grandchester Andley —aseguraba una voz masculina mientras observa por milésima vez la fotografía de una señorita de cabello largo y castaño, piel blanca, pequeñas pecas adornaban su rostro y lo que más bonito de su cara: sus ojos azules resplandecían de felicidad y alegría—. Lastima que tu familia es una escoria, una porquería que debe ser destruida, antes de que ellos destruyan a más personas. Por que si no… si no yo mismo seré el que va a ser destruido por ellos.
-¡Hora de la audición! -fue el llamado de uno de los encargados de las audiciones de teatro.
El mismo hombre que tenía la fotografía de Analia Grandchester, la guardo bajo llaves y salió al encuentro de la persona que sería la clave de sus planes.
El escenario estaba con la iluminación adecuada y los elementos necesarios, aunque un poco exagerado teniendo en cuenta que solo eran las audiciones para saber quienes serían los mejores actores para interpretar los personajes de la obra.
Un chico de cabello cobrizo y ojos verdes se paró en medio del escenario para luego recitar sus diálogos.
—Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera, que no me importe la gente, ni el veneno que nos echa.
La actriz que estaba ya en el escenario se volteo al sentir la presencia de su compañero.
Enfundada en un vestido de novia. Una cabellera larga, lisa y de color castaño, alta, de piel blanca, labios rojos y ojos azules.“Oh, Analia, ¿por qué tenías que ser la heredera de dos familias malditas?”
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La heredera de los Grandchester
FanfictionSinopsis: pasados los años, Analia crece como una niña encantadora y feliz. Se convierte en una señorita, que tendrá que aprender a vivir con la carga de las maldades que sus antepasados han causado a gente inocente y no tan inocente. Donato Nowak...