—Grandchester —saludó Donato a Analia.
—Señor West —saludó Analia sin importar que Stefan solo la haya saludado llamándola por su apellido-. Me encontraba hablando, con Aurel.
Analia le sonreía a Aurel de una manera amistosa, ya que al igual que su madre, se le hacía fácil encontrar una nueva amistad en cualquier sitió. Lo malo es que Analia no sabía de los perversos planes que algunas personas a quienes empezaba a considerar amigos, tenían para con ella.—Por supuesto, ya me di cuenta —dijo Stefan intentando que su amigo y Analia le prestarán atención y dejaran de sonreírse mutuamente—. Pero ni mi asistente personal viene a hablar sobre sus orígenes, ni usted debería de ser tan simpática con la plebe.
—¿La plebe? —cuestionó Analia alzando su ceja.
—Usted es la nieta del noble ingles más poderoso de toda Inglaterra, por lo que hace que corra sangre azul por sus venas —respondió Stefan intentando que Analia se enojará y dejará ver el ser engreído que era.
Pero en vez de enojarse, Analia lo tomó a la ligera y se empezó a reír.
—¡Por Dios Stefan West! Creo que ya ha quedado comprobado que tanto la sangre de los “plebes" como la de los “nobles" es roja y no es azul —dijo entre risas Analia—. Te recomiendo que ya no estés viviendo en la era medieval, West. El mundo está evolucionando, y le aseguro que cada vez será más liberador.
—El mundo siempre ha sido muy justo con algunas personas y muy injusto con muchas más —replicó Stefan con un tono que asustó a Analia—. Por eso el mundo nunca podrá ser “más liberador"
—Interesante reflexión, señor West –dijo Analia actuando lo mejor que podía para que Stefan no se diera cuenta—. Ya veo que tenemos diferentes puntos de vista sobre la vida, el mundo y el amor.
—¿El amor? —cuestionó Stefan alzando las dos cejas—. Si mi memoria no me falla, yo nunca he dado mi opinión acerca del amor.
Analia río, pensaba que podría engañar a Stefan con sus palabras.
—Y si que no le falla, porque tiene razón, usted nunca opinó acerca del amor —dijo Analia dándose la vuelta para terminar esa pequeña discusión que había perdido.
—Pero si quiere cualquier día, le daré mi más sincera opinión sobre lo que pienso del amor —Las palabras de Stefan hicieron que Analia se volteara y lo observará—. ¿Qué me dices Grandchester?
—Digo que el día que usted disponga, yo oiré sus opiniones acerca del amor —respondió Analia e hizo una inclinación que cualquiera persona hace cuando esta en presencia del rey.
—Esta chiquilla está loca —comentó para si mismo Stefan.Tan concentrado estaba en ver como la figura de Analia desapareció, que no se dio cuenta que su amigo de toda la vida, estaba casi paralizado por haber hablado por primera vez con la heredera de los Grandchester.
Los ensayos continuaban, día con día. Turner no mentía cuando les dijo a Stefan y Analia que conocerían el sentido de las palabras responsabilidad y compromiso, porque era eso lo que ambos estaban sintiendo.
Aunque claro, a pesar del cansancio de los ensayos, Analia no se olvidaba de reír y sonreír todos los días y mucho menos Donato se olvidaba de que si estaba aguantando todo eso era para vengarse de la familia que un día lo destruyó.
—Han hecho un buen trabajo —dijo Turner a los actores—. Por hoy es suficiente, así que pueden ir a descansar.
Analia llego a su camerino para recoger sus cosas, y partir hacia su casa, pero cierto compañero de protagónico la estaba esperando fuera del teatro para hacerle una proposición.
ESTÁS LEYENDO
La heredera de los Grandchester
FanfictionSinopsis: pasados los años, Analia crece como una niña encantadora y feliz. Se convierte en una señorita, que tendrá que aprender a vivir con la carga de las maldades que sus antepasados han causado a gente inocente y no tan inocente. Donato Nowak...