𝐸𝐿 𝐹𝐼𝑁 𝐷𝐸 𝐸𝑆𝑇𝐴 𝐸𝑇𝐴𝑃𝐴

120 20 8
                                    

-Disculpame si no pregunto lo que pasa y solo busco pelea-Le grité a Guillermo y él abrió los brazos irónicamente mostrándome el desastre que había en la guarida-Los mataste, Samuel. ¡Maldita sea, lo tenia controlado!-Lágrimas comenzaron a deslizarse por su mejilla, suspiré caminando hacía él.

-No me toques-Me dió un manotazo así que di un paso atras-¿Qué te costaba llegar diez minutos tarde?-Se quejó bastante enojado cuándo intente colocar mis manos sobre su hombro.

-Amor, te estaban por matar-Dije viendo a los chicos que estaban muertos en el suelo-Venian a cumplir con su trabajo, no me iban a matar hasta que llegaste tú. Solo me iban a quitar un dedo, los traicione y únicamente querian dejar marca de ello-Se acercó y quitó la navaja que estaba clavado en el cuello de uno de los tipos y yo puse ambas manos sobre mi boca para evitar gritarle de nuevo, aún así frustrado me queje contra mi mano.

-¿Arrancarte un dedo es su trato de paz?-Pregunté rodando los ojos, él se sentó en el sofá colocando su mano sobre la pequeña mesa que estaba al frente-¿Qué haces?-Nervioso eleve la voz y él suspiró haciendo bailar a la navaja entre sus dedos con cierta elegancia gracias a sus años de prácticas.

-Me iban a cortar el dedo, tengo que cumplir para que los de La Rueda crean que cumplieron su objetivo-Contestó con cierta obviedad acomodando el filo sobre el inicio de su dedo meñique izquierdo, desvié la mirada para no ver aquello.

Al rato escuche cómo retenía un grito en un fuerte gruñido-Estas loco, cariño-Él se levantó del sillón dejando tirado la navaja sobre la mesita y cubrió su mano con un trozo de tela, la cuál obtuvo rompiendo la camisa de uno de los chicos del suelo.

-Ya no me digas ningún puto apodo cariñoso y ayudame a limpiar este desastre-Suspire y me acerqué a él a paso lento.

-Chiqui, ya pasó-Apoyé ambas manos en su cuello y él se tranquilizó luego de tomar aire adecuadamente.

Suspirando de forma casi desapercibida rodeo con sus manos mis antebrazos con suavidad-Te amo, pero porfavor entiende que en nada vendrán detrás de nosotros. Tenemos que deshacernos de ellos antes de que lleguen aquí-Sus ojos se movieron con rapidez recorriendo mi rostro más de diez veces en menos de cinco segundos, él estaba alterado así que traté de disipar un poco la tensión besandolo.

-Vale, tú encárgate de los dientes. Y yo de limpiar todo este desastre y de deshacerme de sus cuerpos-Él asintió y sonrió agarrando una de mis manos para besar mis nudillos.

-Cuando vayas a hacer cagadas, avísame para que yo esté al tanto y no me tope con sorpresa como la de hoy-Le pedí dejando un beso en su frente.

Todo estaba muy pacífico desde que hicimos el trato del muelle con los de La Rueda. Pero fueron dos años difíciles tratando de no entrometerse con el otro bando, honestamente esperaba algo más complicado de afrontar pero me alegraba que ambos sigamos vivos.

-¿Qué hiciste?-Le pregunté comenzando a juntar pedazos rotos de vidrio y madera-Robe un poco de mercancía de sus camiones, le di información de ellos a otro bando y creo que golpeé a la hija del jefe-Respondió yendo hacía el armario para sacar de ahí una lona transparente de plástico.

-¿Piensas vender droga robada?-Él se encogió de hombros-No vinieron a buscar eso, solo mi dedo-Dijo con gracia, suspiré girando a verle-¿No deberíamos de correr el sofá primero?-Él asintió, por lo que me acerque y juntos corrimos el sofa y la mesita para tener espacio y extender en el suelo la lona.

Luego arrastramos a los dos tipos hasta que estuvieron sobre ella.

-Todo tuyo-Le dije a Willy volviendo a la limpieza del lugar, se supone que él tendría que arrancarles los dientes para que en el hipotético caso de que encuentren sus cuerpos no los identifiquen con facilidad.

Historias cortas - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora