Historias cortas - Wigetta

𝐷𝐸𝐹𝐸𝑁𝑆𝐴𝑆 𝑃𝐸𝐿𝐼𝐺𝑅𝑂𝑆𝐴𝑆

Ambos sabían que estaban perdidos, tal vez uno más conciente que el otro, pero los dos sabían que detrás de todas aquellas diferencias que se tenían, solo intentaban ocultar sus sentimientos con nada más que palabras irientes y peleas provocadas por la poca paciencia que le tenían al otro.

Fallaban en cada momento que intentaban negar a cualquier costa sus sentimientos, algo más haya que sus propias palabras o acciones les delataba, las miradas.

Las miradas inocentes de parte del azabache cuando veía a lejos al castaño y sin ser conciente recorría su cuerpo con su mirada, simplemente apreciandolo desde la distancia.

Las miradas embobadas del castaño, cuando volteaba a ver al azabache y su belleza lo atrapaba para perderlo y hacerlo relamerse los labios de manera inconsciente.

Las miradas desinteresadas del azabache cuando intentaban emparejale con algunas chicas del instituto.

Las miradas pesadas del castaño cuando veía al mejor amigo del azabache ser muy cariñoso con él.

Las miradas decaidas y furiosas del azabache cuando veía alguna chica cerca del castaño.

Las miradas indescifrables y sin expresiones que se tenían en la mesa de la cafetería, de las cuales sus acompañantes eran espectadores y no hacían más que reírse en sus adentros de aquellos dos que no sabían confesarse, pero ya todos sabían que se gustaban.

Las miradas con inquietud cuando en la entrada veían a los lejos al otro y deseaban inconcientemente a que se le termine acercando.

Las miradas cómplices después de un beso.

Y todas las demás en donde había un choque de emociones que los nublaba y no los hacía ser conciente del cariño que se transmitían mutuamente al mirarse de cerca solo en silencio.

Y dime si quieres estar conmigo o si mejor me voy

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-Samuel- El nombrado dejó de mirar a Guillermo, quien estaba a los lejos con su grupo de amigos, y con un poco de desinterés volteó a ver a Luzu, que estaba a su derecha. Él también estaba dentro de su círculo, físicamente hablando esta dentro del círculo en el cuales sus amigos estaban hablando, pero mentalmente estaba a un lado de Guillermo, solo con él y nadie más, en un sitio con privacidad.

-¿No piensas hacer nada?- Preguntó con una expresión de preocupación, el castaño pestañeo repetidamente para salir de su burbujita-¿De que hablas?- Habló confundido y su amigo suspiró-De que hace dos años se "odian" cuando en realidad sabes que no es así- Contestó tocando el pecho del castaño con su dedo índice justo en donde se ubicaba su corazón.

-Mejor no hablemos de eso- Pidió frunciendo levemente el ceño-Vale, solo ustedes se estan perjudicando- Susurró Luzu dejándolo en paz y volviéndose a unirse a la conversación que estaba en aquel pequeño circulo de chicos.

Samuel tensó la mandíbula intentando retener sus ganas de nuevamente voltear a ver a Guillermo, no tuvo más opción que intentar unirse a la extraña conversación de sus amigos.

Tus besos dicen que tú si me quieres pero tus palabas no
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-Si tanto te crees mejor entonces porque no lo demuestras, cobarde- Escupió con rabia Guillermo, una pelea surgió en el patio luego de que su grupos de amigos se mezclaron un poco, y desdé un principio sus amigos corrieron el riesgo de estar con ellos, pensaban "O estos se comen a besos o se rompen los dientes a puños", y terminó siendo la segunda opción porque el azabache comentó que pensaba unirse a clase de judo y Samuel dejándose llevar por la tonta rivalidad que tenían, hizo un comentario de mal gusto para el azabache.