Historias cortas - Wigetta

𝑆𝐻𝑂𝑊 𝐸𝑋𝑇𝑅𝐴

Samuel miraba a su alrededor un poco perdido en sus pensamientos, había llegado a strip club por recomendación de Enrique, un amigo que cuándo le comentó que hace tiempo no lograba mantener interés sexual en alguna chica le aconsejo de que fuese a intentar probar algo nuevo y le entregó la dirección del lugar en el que se encontraba ahora.

Habían muchos hombres, por fuera el sitio parecía un lugar formal así que no le dio ningún indicio de que fuera un strip club gay, tampoco es como si hubiera leído los folletos pegados en la entrada.

Muchas luces de colores que variaban entre rojo, azul, fucsia y morado y que paseaban por todo el lugar tintando el rostro y las vestimentas de las personas que estaban allí.

No muy convencido se acercó a la barra del lugar y pidió dos chupitos para armarse de valor y caminar hacía las plataformas de los bailarines.

-¿Necesitas algo más, corazón?-Le preguntó el chico que atendía la barra, aquel morocho que estaba vestido con una pequeña chaqueta de cuero que no llegaba hasta su hombligo y dejaba a la vista sus fuertes pechos y abdominales, pasó su dedo índice sobre los rosados labios del castaño intentando provocarlo.

-No, gracias lindo-Le sonrió amablemente pasándole la paga de su bebida. Se dio la vuelta suspirando, y a paso lento se adentró más al lugar comenzando a pasear por su izquierda, ya que le llamo la atención la larga plataforma con cuatro palos metálicos dispersados que se unían al suelo y el techo.

Cuatro chicos bailaban siguiendo una coreografía en dónde una que otra vez tuvieron que toquetearse, luego se dividieron y cada uno comenzó a hacer su baile en el tubo metálico manteniendo su sincronización e interactuando con su compañero de al lado mientras dirigían miradas fugaces a su público.

Samuel bajó la mirada a los muchachos que estaban rodeando la plataforma, nunca visitó un lugar como este, ni siquiera en las que mujeres eran bailarinas. Él pensó que era igual que las películas y los espectadores tiraban billetes sobre la plataforma, pero al parecer las políticas de este lugar era diferente.

Había un espacio vacío que media unos quince centímetros y rodeaba toda la plataforma, de curioso vio como más de uno había colocado dinero en ese espacio mientras con una sonrisa seguían mirando el espectáculo de los muchachos.

A sus ojos le gustaba ver eso, no le incomodaba ver a aquellos chicos semi desnudos bailando eroticamente, pero no lo terminaba de convencer los cuerpos esbeltos y musculosos.

Después de esa plataforma se encontró con escenarios individuales, plataforma circulares en la que sólo bailaba un chico, luego una plataforma cuadrada en dónde dos chicos bailaban juntos y más plataforma circulares que seguían a lo largo del lugar.

Recorrió casi todo el lugar pero nada le llamaba demasiado la atención, los cuerpos, pieles, alturas y todo era variado, pero en su mayoría había chicos fuertes y en el gimnasio ya veía a muchos hombres con cuerpos perfectos así que tan maravillado no estaba por eso, aunque tenía que admitir que todos se movían maravillosamente bien y estaban guapos.

Suspirando se sentó en una de las mesas pequeñas que había en el lugar y sacó su celular de su pantalón ya que lo sintiendo vibrar varias veces.

-Sam, tio ¿Cuéntame cómo te va?¿Ya miraste todo el lugar? Dime que le dejaste propina aunque sea a un tipo. No seas gruñon hijo de puta-Contra su oído reprodujó el audio que le mandó su amigo diez minutos atras, se le dificulto entenderle por la música del lugar pero aun así suspiró comenzando a escribir su respuesta.

"Cómo conociste este lugar? ;-;" Envío esperando a que el estado "escribiendo..." desaparezca de la parte superior del chat.

"Mi hermano trabaja ahí ¿Lo has visto? Puesto tres, el idiota con un dragón en la cintura" Levantó su cabeza para mirar a su alrededor y observar el borde de las plataformas para ver cuál tenía el numerito que su amigo mencionó.