Historias cortas - Wigetta

𝑈𝑁𝐼𝐶𝑂

En mi vida habría pensado que estaría en el hospital con Samuel.

Hace muchas horas que estoy aquí, y no tengo ni idea de cuántas veces ya llore. Tenía sueño, dolor de cabeza, hambre y calor, pero seguía atento a él por más que hace más de treinta y dos horas que no duermo.

Sus padres están enojados esperando fuera del hospital, hablaron con el doctor y unas enfermera en los pasillos pero ni siquiera quisieron entrar a su habitación.

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Antes de llegar aquí, estábamos en el cumpleaños de una amiga, los invitados éramos solamente sus compañeros de cursos. Nos llevamos muy bien entre todos así que supongo que para ella no fue necesario invitar a más gente.

Yo en su gran parte de la fiesta estuve nadando en la piscina o comiendo algo, a veces comia o bebía algo o simplemente salía a hablar con alguien. Samuel se me había perdido de la vista luego de la dos hora que llegamos al lugar y cuando lo encontré, a las cuatro de la madrugada, él estaba semi muerto en el cesped humedo sin su camiseta y rodeado de nuestros compañeros que intentaban reanimarlo.

Lo primero que se me paso por la mente fue pedirle a Felix, el único al que su padre le dejaba usar su auto, que nos llevará al hospital.

Teniendo en cuenta que los padres de Samuel son muy estrictos, siempre le exigen la mejor nota y no lo dejan salir, esta situación sin duda era la iniciativa de un castigo sin fecha final establecida.

Samuel les había dado la excusa de que se quedaría a dormir en mi casa, porque teníamos un supuesto trabajo que hacer. Él fue a mi casa por la tarde con su ropa nerd, camisa blanca con corbata azul, suerter, pantalon y zapato de vestir, con su cabello perfectamente peinado y que brillaba más que mi futuro.

Pero en su mochila en vez de traer libros y lápices, trajó ropa, llevó su cambió de ropa para bañarse en la pileta y con la que se iba a ir al cumpleaños a la noche, una zapatilla casual que era negra al igual que su bermuda y una camisa morada de la cual yo me encargue de desabrocharle los primeros dos botones para que se vea más casual.

Tengo que adminir que estuvo guapo aún con su pinta, de lejos se veia que sus padres ni la ropa le dejan elegir. Los del curso ya conocemos su armario, al instituto siempre va vestido con una fachada bien prolija y cada dos semanas recién vuelve a repetir su ropa.

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Me pegó un susto fuerte cuándo nuestros amigos dijeron que posiblemente estaba en coma alcohólico, primero entre pánico pensando en que ibamos a hacer. Tenemos diecisiete, ni siquiera se supone que tendríamos que beber, y segundo, es verdad que no teniamos a un adulto responsable en la casa de Bianca, que es en donde estabamos festejando, así que la metida de pata era grave.

No creí que él sería capaz de hacer algo así, pero cuándo lo reflexioné en el camino al hospital, quizás todo tuvo sentido. Se sintió libre de sus padres y era obvio que iba a aprovechar de ello para llevarles la contraría, aparte él estaba enojado con ellos, la semana pasada tuvieron una discusión y por lo que él me conto, todavía seguía un poco tensa la cosa.

Para sumarle leña al fuego, creo que vio a la chica que le llamaba la atención besarse con un chico en la piscina.

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Estuvimos una hora junto a Felix en el hospital mientras esperábamos respuesta de los doctores, alargamos un poco las cosas cuando nos pidieron contactos de un mayor, llegó el padre de Felix pero exigían a los padres de Samuel.

Yo era el único que tenía sus numeros pero me había puesto nervioso y le negué a la enfermera diciendo que ellos se enojarian mucho y otras excusas para evitar llamarlos.