𝐿𝑂𝑆 𝑁𝑂𝐶𝑇𝑈𝑅𝑁𝑂𝑆

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Hace casi media hora me encontraba dando vueltas por mi cama, quería dormir temprano porque últimamente ya me he desvelado mucho, pero no había caso.

Toda mi habitación estaba a oscuras, estaba tapado hasta la nariz casi escondiendo también mi rostro en la almohada, tenia la vista cansada y sinceramente me estaba aburriendo de intentar dormir.

Mi celular comezón a sonar, metí mi mano bajo las cobijas y toquetee la cama buscando mi celular, casi a la altura de mi cintura lo encontré y mire la pantalla con los ojos entrecerrados por el escandaloso brillo de la pantalla, estaba en mínimo pero me acostumbre a la oscuridad y pareciera un sol.

Divise la foto de Samuel cubriendo en gran parte mi pantalla, me estaba llamando por Whatsapp, sonriendo deslice el dedo hacia un lado para contestar la llamada, cerré los ojos acomodándome entre mis mantas y coloque el celular sobre mi almohada cerca de mi para que se me escuche bien.

-Buenas, mi querido Willy- Su voz me hizo mantener la sonrisa, a veces su alegría era un tanto contagiosa-Hola, ¿Cómo vas?- Pregunté colocando una mano bajo mi mejilla para así tener más cómoda mi cabeza sobre la almohada-Dios, esa vocesita de niño bueno- Chilló enternecido y yo reí bajito-¿Te desperté, peque?- Ahogue un bostezo dejando un silencio entre los dos y tardandome algunos segundos para contestar.

-No, intentaba dormir, pero doy vuelta y vuelta y no puedo- Reí y él hizo un sonido suave con su garganta, ya sabia lo que significaba aquello, y más lo delató su risita- Si vienes a dar vuelta y vuelta en mi cama, te aseguro que dormirás como tronco por dos días- Reí a carcajada pero luego me calle al recordar que eran cerca de las dos de la madrugada, no es que me regañaran pero no quiero despertar a nadie.

-Venga, pero que flipado- Sonreí y lo escuché reir bajo-¿Estabas haciendo algo?-Pregunté no siendo conciente de como salió mi voz, anda muy suave y tranquila-Jugando un poco de rainbow six pero necesito pelear con alguien así que por eso te llamo-Explicó un tanto divertido.

-Umh, ahora mismo estoy muy comodo en mi cama-Mi voz salió más adormilado de lo normal y lo escuche reír de nuevo-¿Qué haremos el martes?-Preguntó y yo quede un poco desorientado-¿Qué hay el martes?-Dije confundido.

-San Valentín-Respondió usando tono divertido que modifico un poco la pronunciación de la palabra-Creí que ibas a salir con la chica esa con la que te estas hablando-Dije confundido soltando un pequeño bostezo-Capillas hay muchas, catedral solo una. Todos los caminos me llevan a Guillermo Díaz-Reí ante aquello, era un insinuación a que por más amantes que tenga yo sería su favorito.

No es que nosotros salgamos, pero sus bromas son así, a veces yo le seguía el juego, pero era muy raras veces ya que no soy de ese tipo de persona que es capaz de decir algo sin tomarmelo muy a pecho.

En el colegio él iba un poco más allá que solo palabras, a veces me da besos en la mejilla y en los recesos se queda parado a mi lado agarrándome de la cadera con una de sus manos para pegarme a su cuerpo y apoyaba su cabeza en mi hombro y en esa posición nos quedabamos charlando con el resto de nuestros compañeros durante todo el receso.

Solía incomodarme que él hiciera ese tipo de cosas, pero también me agradaba, la mayoría de las veces los primeros minutos tenía que mantener una mueca falsa de disconformidad para que los demás no se lo tomen muy en serio los tratos cariñosos que él tenía conmigo y que solo lo vean como una broma, un simple joteo, aunque a veces me hace dudar de la tensión entre los dos.

Hace cuatro San Valentín atrás comenzamos a reunirnos ese día, por la tarde dábamos unas vueltas por las calles, comíamos por algún puesto de comida y luego ibamos a sentarnos cerca de algún estanque, en la segunda salida nos metimos a una cabina fotográfica que había cerca de un parque, tuvimos que pagar muy poco por seis fotos en total.

Historias cortas - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora