Caminar con un amigo en la oscuridad, es mejor que caminar solo por la luz.
Helen Keller.
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Sin la presencia de Levi, biblioteca se sentía terriblemente aburrida. Uno de los hermanos Galliard fue el que remplazó a Levi, pero era muy poco hablador siempre pegado en su celular, solo iba a verificar que Eren estuviera ahí y después decía: — Volveré cuando sea el turno de verdad, tu solo encárgate de limpiar y esas cosas.
Y entonces el joven guardia salía de la habitación sin ceremonias.
Sin embargo, a pesar de la soledad, Eren nunca dejó el trabajo y no se sentía miserable. Así como había un montón de pensamientos invasivos, también estaban los buenos pensamientos y recuerdos. Pensaba en ese último encuentro tenso y torpe que había tenido con Levi o alguna charla que habían tenido antes de eso, para traer una sonrisa sin motivo. Las antiguas conversaciones lo hacían sentir menos solo.
Era tan estúpido, sin sentido y tan nuevo. Pero tan relajante, tan optimista, que simplemente lo permitió sin cuestionarse para no arruinar lo que sea que estuviera pasando.
Duró 4 días de esa manera, porque para el quinto día, el guardia Galliard lo esperaba sosteniendo unas esposas en sus manos.
—Tu abogada ha llegado y requiere tu presencia—dijo, y procedió a colocarle los grilletes a Eren. Encadenarlo era de rutina, pero de todos modos sintió un poco de nerviosismo.
En silencio el guardia dirigió a Eren hacia una habitación cerrada; Había una cámara en la esquina superior, una mesa y dos sillas en lados opuestos. Lo sentaron en una, y encadenaron sus manos a la mesa.
—Es precaución—le advirtió el joven guardia, y salió.
No pasó ni el minuto cuando entró una joven mujer de cabellos rubios con un montón de archivos en sus manos.
Definitivamente no era lo que Eren esperaba, la mujer se sentó frente a él acomodando los archivos a un lado.
—Lamento la tardanza y me alegra al fin conocerte, Eren, tu familia ha hablado mucho de ti. Ten por hecho que haré todo lo posible para que salgas de aquí—dijo la joven abogada, no parecía ser tan mayor y era medianamente bajita de estatura. Con grandes ojos azules de un tono desconcertantemente familiar. Pero tenía todo ese porte autoritario, casi como la realeza, era inesperado.
—¿Conociste a mi familia? —preguntó Eren, tontamente, sin saber que decir.
—Por supuesto. Armin es muy inteligente, parece que será un gran abogado. Y Mikasa una chica ferozmente protectora. Y realmente haré todo lo posible para que los puedas volver a ver pronto fuera de aquí. Pero te seré honesta, por mucho que quisiera que ya estuvieras listo para salir esto conlleva tiempo, varios juicios, se tardará. Pero valdrá la pena cada segundo, la condena que te han dado injustamente no tendrás que hacerla.
Eren asintió asimilando las palabras, estaba nervioso, todo esto se veía tan lejano. Tomó unas cuantas respiraciones—. Gracias, eh...
—Perdona, te tengo en desventaja. Mi nombre es Carla, Carla Inocencio— respondió con una sonrisa.
Inocencio, oír tal apellido heló la sangre de Eren. Debe ser una coincidencia, algo sin importancia, se dijo a sí mismo. Era una coincidencia extraordinaria que tuviera el mismo apellido que ese bastardo, que ambos fueran rubios y que tuvieran esos ojos azules claros.
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Chico Problema.
FanfictionAU Prisión. Eren tras ser acusado de delitos graves, es obligado a ir a prisión. Ahí conoce a Levi; Un oficial bajito y de actitud espinosa. Quien le enseñará que la vida no es del todo blanca y negra como conocía y que, a veces, el futuro no es si...