A veces las elecciones tienen consecuencias que no prevemos.
John Verdon
—x—x—x—
Todo el comedor estaba en completo silencio, incluso mientras que otros fingían no prestar atención y seguir con lo suyo.
¿Le temen a este hombre?, pensó Eren, un poco confundido. El hombre era bajito, demasiado bajito comparado a los demás; Eren era mayor que el hombre por casi 10 cm. El guardia tenía esa aura misteriosa y esa mirada que no demostraba nada más que escepticismo. Las manchas oscuras debajo de los ojos le daban ese aspecto sombrío. Pero, aquí había hombres enormes, musculosos, altos y llenos de cicatrices que con tan solo mirarlos sabías que no te convenía tenerlos contra ti, sin embargo, el hombre frente a él imponía todo el respeto. Probablemente era lógico por el traje de oficial que portaba, pero si Eren lo pensaba mejor el antiguo oficial que lo había escoltado no impuso el mismo orden. El hombrecillo ni siquiera tenía algún arma... y venía solo. Los guardias que debieron de intervenir desde hace tiempo yacían ahí tranquilos, completamente relajados ante la escena.
— ¿Y bien?... estoy esperando.
— ¿Uh? —Eren dio un vistazo al otro hombre que simplemente había tomado asiento aun cubriendo sus genitales. El preso lo ignoró, tomó asiento y se dispuso a terminar su comida. Maldito imbécil, cree que voy a hacer todo solo, pensó.
Eren era el único que estaba de pie y todas las mirabas se centraban en él y el hombrecillo.
—No tengo todo el día, mocoso.
Eren se mordió la lengua para no protestar por ser llamado "mocoso" y por no acusar al bastardo a sus espaldas.
—No tengo con que hacerlo—dijo Eren, como si fuera lo más evidente, pues no tenía escoba o algún trapo.
— ¿Ese es mi problema? —el oficial frunció el ceño.
Así que no tendré nada..., Eren observó su entorno, buscando con que tomar los residuos de comida. No había nada. Pensó en destrozar un trozo de tela de su vestuario, pero eso conllevaría a un castigo, y ganarse otra llamada de atención no era bueno. Así que, con las manos desnudas, comenzó a juntar todo el alimento que pudiera, amontonándolo para cuando ya tuviera lo suficiente y sostenerlo con ambas manos. El policía lo miró con evidente desagrado.
Localizó el bote de basura enseguida y desechó los residuos.
—Sigue sucio—mencionó el oficial.
Eren suspiró, quedaban pequeñas migajas y manchas que serían difíciles de recoger con las manos, tenía que encontrar algo. Lo tengo, Eren se acercó a una mesa que tenía lo más parecido a servilletas -Eran algo rasposas, pero servirían igual-.
—Eso es mío— dijo un preso cercano. Casi lo murmulló para no ser escuchado por el hombrecillo.
—Tienes muchas, un par no te harán falta—respondió Eren, no con intención de buscar una pelea, aunque para el prisionero y los espectadores no fue así.
Eren tomó las servilletas y se dispuso a limpiar lo derramado.
Segundos después, Eren aprendió porque el hombre de baja estatura era temido. Tal vez lo hizo mal, tal vez aún dejó sucio o simplemente fue demostración de poder. Sea lo que fuera, Eren catalogaba esa paliza como una de las peores de su vida. El "hombre oso" sólo forcejeaba, desagradablemente lo toqueteaba, uno que otro golpe indoloro y se burlaba de él. Pero esto había sido peor, a tal punto que lo llevaron arrastras a una celda de aislamientos por ser, según ellos, demasiado problemático.
ESTÁS LEYENDO
Chico Problema.
FanfictionAU Prisión. Eren tras ser acusado de delitos graves, es obligado a ir a prisión. Ahí conoce a Levi; Un oficial bajito y de actitud espinosa. Quien le enseñará que la vida no es del todo blanca y negra como conocía y que, a veces, el futuro no es si...