Little Wing - Bucky Barnes x OC Traducción

Burbuja

A/N: Mañana después de la esponjosidad aquí. En serio, esta mierda es tan dulce y pegajosa, pero termina con un poco de obscenidad. No se preocupen, pequeños bebés sedientos de obscenidades. Además, ¡WANDA ESTÁ DE VUELTA! Y oh joder, tiene mucho para ponerse al día.

**Muy ligero Innocence kink/roleplaying kink al final**

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Bien, ya he terminado de divagar, ¡disfruta!

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Entonces, la alarma no los despertó.

Pero sólo porque ya estaban despiertos. Terminando otra ronda juntos. Todo parecía fundirse en una larga sesión de sexo casi tántrico. Su ritmo cambió a lo largo de la noche, quedándose dormidos de forma intermitente, despertándose de nuevo cuando el otro lo tocaba y retomando el ritmo donde lo habían dejado. Sólo salían de la cama para ir al baño o por un vaso de agua.

Su piel estaba pegajosa de sudor seco mientras estaban acurrucados en la cama de Bucky. Las sábanas los envolvían desordenadamente. Sus músculos estaban completamente agotados. Sus cabellos estaban revueltos. Sus miembros estaban tan enredados que ninguno de ellos estaba seguro de dónde empezaba uno y terminaba el otro.

No habían dormido más que hace un par de horas y, sin embargo, sólo sentían pura felicidad. Era un tipo de felicidad somnolienta que sólo se puede alcanzar después de pasar toda una noche teniendo sexo apasionado con alguien de quien se está encaprichado.

La ventana junto a la cama estaba abierta, dejando que la brisa de la mañana se deslizara sobre su piel. Les ponía la piel de gallina en los brazos y el otro se la quitaba rápidamente con sus cálidos labios. Podían oír el suave piar de los pájaros, que se despertaban con el cielo.

Dove tenía la cabeza apoyada en el pecho de Bucky, escuchando sus constantes latidos mientras jugaba sin pensar con su cadena. Se inclinó hacia adelante, besando la parte superior de su cabeza, inhalando su aroma en el proceso. Ella olía a la misma mezcla embriagadora de pomelo y miel que a él le gustaba. Pero lo que más le gustaba era que también olía a él. Era sólo un indicio. Como la nota de fondo subyacente de una colonia innegablemente pegada a ella, mezclada con la suya.

Le hizo girar un mechón de pelo enredado alrededor del dedo antes de colocárselo bajo la barbilla y levantarle la cabeza para que lo mirara. "Vamos a nadar", le dijo con esa voz matutina y aturdida que la hacía sentir débil.

"¿Qué?", se rió con sueño.

"Ya me has oído. Vamos". Él se deslizó cuidadosamente fuera de ella, de pie en toda su desnuda gloria. Dove observó cómo salía a la zona principal de su habitación sin decir nada más. Siguiendo su ejemplo, ella se puso de pie con sus piernas tambaleantes. Casi se cayó antes de detenerse con la palma de la mano en la cama. Dios, estaba adolorida.

Sus movimientos eran lentos mientras se ponía la ropa del día anterior y dejaba escapar un bostezo, estirando los brazos por encima de la cabeza. Cuando se giró, se sorprendió al ver a Bucky de pie en el arco del rincón con una camiseta y un bañador. Tenía el pelo desordenado alrededor de la cabeza y las mejillas un poco más desaliñadas por no haberse afeitado todavía. Llevaba algún tipo de expresión indiscernible mientras la miraba fijamente.

"¿Qué?"

Se encogió de hombros. "Soy feliz".

Dove se acercó a él, poniéndose de puntillas y echándole los brazos por encima de los hombros. "Yo también", suspiró, besando su mejilla llena de briznas. "Vamos".