Capítulo I

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Luo binghe y shen qingqiu vivían felizmente en sus viajes constantes entre el reino demoníaco y la cumbre qing jing. Cada vez que se movían de un lado a otro aprovechaban la oportunidad para pasear y tener pequeñas aventuras resolviendo los problemas de la gente común sin importar lo complicado que fuera y lo remoto que fuera el lugar. 

A luo binghe le fascinaba en particular siempre y cuando tuviera tiempo a solas con su shizun. Esta vez, escucharon de los aldeanos que había un alma errante que vivía en una cueva remota y que causaba problemas cada vez que se sentía hambrienta raptando a niños  para comer. 

Mientras iban caminando por el espeso bosque. Esquivando ramas puntiagudas de cada momento. Binghe se aferraba al brazo de su shizun mientras decía en tono un poco meloso. 

-Shizun ¿qué crees que nos espera en esta cita? 

Este niño cree que todo es una cita. 

-No lo sé binghe. Tenemos que encontrar la cueva primero. ten cuidado con las ramas

De pronto los ojos del demonio se iluminaron - shizun está preocupado por mi - con un cambio repentino se coloca enfrente para hacer camino - no se preocupe shizun yo lo protegeré. - mostrando una enorme sonrisa. 

Después de caminar por un largo rato. por fin se adentran en una cueva oscura y tenebrosa. Con el suelo ligeramente húmedo y un olor putrefacto a sangre. Ese gran agujero parecía no tener fin. Caminando y caminando. Solo el eco constante de sus pasos era escuchado. Mucho tiempo después lograron divisar una tenue luz de antorcha. Conforme se fueron acercando el sonido de algo crujiendo suena por delante. 

Alerta shen qingqiu agudiza su vista. En una esquina en esa tenue oscuridad se encuentra un figura encorvada masticando algo que parece ser un hueso. Era algo asqueroso. La saliva se escurría por su boca hasta gotear en su quijada. Suficiente para poner los pelos de punta de shen qingqiu y darle unas fuertes náuseas. Tapándose el rostro con su abanico saca su espada mientras luo binghe inspección el lugar alrededor pasando justo en frente de la criatura. 

Asustado el animal salta para defenderse. Arrojándose directo al cuello de binghe mostrando sus dientes muy filosos y puntiagudos capaces de cortar carne con un ligero mordisco. Pero antes de que pudiera encajarse en el demonio éste lo sujeta firmemente del cuello dejando sus horribles patas colgando. 

-Shizun ¿que hacemos con él? - pregunta mientras el animal grita fuertemente por el agarre provocando que binghe lo apriete aún más. Soltando un grito tan agudo y chirriante que daña los tímpanos al escucharlo antes de caer desmayado. 

-A matado a mucha gente creo que lo mejor es deshacernos de él. 

Dejando el cuerpo a un lado binghe sigue dando vueltas en el lugar cuando de pronto encuentra un cofre de madera cerrado con candado. Invadiendolo la duda rompe la cerradura con un golpe de su mano. 

-Deja eso. Son cosas que eso usaba - con una expresión de desagrado shen qingqiu intenta detenerlo en vano. 

Dentro de esa pequeña caja había una túnica delicada y fina de seda roja suave al tacto tanto que al deslizarse por los dedos provocaba una sensación de cosquilleo muy placentera. 

-Shizun mira - decía mientras sacaba la delgada tela y la colocaba alrededor de los delgados hombros de shen qingqiu - el color le va muy bien a shizun. 

Quitándose la túnica y colocándola devuelta  -No lo toques. Está sucio. 

Pero al momento siguiente luo binghe la vuelve a tomar y la guarde en sus túnicas - la lavare después - dicho esto se acerca a shen qingqiu y dice felizmente - shizun escuche que aquí cerca hay unas aguas termales, vayamos ahí un rato. 

Viendo la mirada tierna de luo binghe no se pudo negar. Mostrando una sonrisa pronuncia una afirmación. 

Las aguas termales estaban en lo profundo de una montaña verdosa por los árboles. Mientras las hojas cantan cuando el viento las acaricia suavemente el alma se relaja entre los vapores del agua caliente. Uniéndose sobre una roca caliza luo binghe se detiene por un momento y coloca nuevamente la ceda fina en su shizun - shizun en verdad se ve muy bien - la prenda esta vez olía delicioso. La había lavado antes de ponérsela. Después de ponérsela ya estaba listo para un segundo round. Embistiendo ferozmente hasta cansarse y caer desmayados en el lugar en ningún momento sus labios se separaron de la piel de su shizun. 

AH LUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora