capítulo 7.

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Peter

Todos caminábamos rápidamente al refugio para encontrar a Lucy y salvar a Max. Cuando llegamos ella y Lex salieron corriendo.

━¿Y el resto de Narnianos? ━dijo Lucy mientras salía.

Lexi nos observó con mucha atención.

━¿Y mi hermana? ━mis hermanos y yo nos miramos, pero ninguno contestó. No sabíamos cómo decirlo. Ella se giró hacia mi━. Peter, ¿y Maxine?

El centauro que la cargaba la dejó en el suelo con cuidado. Su cintura estaba empapada de sangre, ella tenía los ojos cerrados, las manos colgando y estaba muy pálida. Aún tenía la flecha en su abdomen, ya que si la quitábamos iba a perder aún más sangre.

Edmund no se había separado de ella ni un segundo, y cuando el centauro la dejó, él puso la cabeza de Max en sus piernas antes de llamar a Lu.

Lu se quedó quieta un momento al ver a Max en ese estado.

━¡Lucy! ━dijo Susan.

━Sí, la poción ━contestó mientras la buscaba, cuando ya la tenía en sus manos, nos miró a todos━. ¿Qué esperan? Que alguien quite la flecha.

Algunos miraron a Ed, pensando que él lo haría. Pero era imposible. Si yo tuviera que quitarle una flecha al amor de mi vida no podría hacerlo, y mis hermanos y yo sabíamos que él tampoco podía.

━No puedo darle la poción si aún la tiene ━recordó Lu━. No servirá de nada.

Me agaché a su lado y agarré su cintura con cuidado.

━Ya lo hago yo ━Ed me miró agradecido.

Para ser sincero, fue muy difícil sacarle la flecha. Max no era el amor de mi vida pero era mi mejor amiga. Y sacarle una flecha a tu mejor amiga también es duro. 

Pero tuve que hacerlo, si Max hubiera muerto por mi culpa jamás me lo perdonaría.

Lu le dio la poción y todos esperamos. Al pasar unos segundos, ella aún no había despertado.

Todos estaban alrededor de nosotros, por un segundo miré a Rhea, y vi que parecía que contenía una sonrisa.

Edmund le acarició el pelo a Maxine

━Vamos ━musitó━, por favor.


Maxine

Acababa de despertar después del incidente de la flecha. Estaba completamente sola en un precioso campo.

Era realmente bonito, todo era hierba, varios árboles, luz del sol y —bastante más lejos— un columpio.

Sonreí mirando a mi alrededor, buscando a los Pevensie. 

¿Cómo habré llegado?

Caminé un poco, a ver si podía entender dónde estaba.

Llevaba un vestido completamente blanco. Supuse que alguien me habría cambiado de ropa, porque no era el vestido que llevaba en la batalla. Aunque no le di mucha importancia. Zapatos sencillos y el pelo suelto. Volví a suponer que alguien también me habría cambiado esas dos cosas, lo que me hizo preguntarme cuanto tiempo había pasado desde la batalla. Realmente no recordaba ni entendía nada.

Seguí caminando, pero al ver que no había absolutamente nadie a varios metros, decidí irme a lo que tenía más cerca. 

El columpio.

Dark red -Edmund Pevensie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora