You are Beautiful.

Castigo.

Todavía me encontraba encerrada en el baño, llorando. Sí, lloraba de rabia.

Tenía las piernas sobre el inodoro, estaba hecha una bolita, en posición fetal. No quería saber de nadie más. Entonces con mi objeto metálico, mi pinche, empecé a rasguñar mi brazo, que ya estaba lleno de otros cortes. Dolía, ardía, era una sensación horrible. Pase a llevar uno de los más viejos, y la sangre corría por mi brazo. Era una sensación, que no le recomendaba a nadie. Ahogue un grito de dolor, veía la sangre. Pero lo merecía. ¿Por qué? Por ser una maldita cobarde. ¿Por qué no pude hacer nada? ¿Por qué nunca me puedo defender? Algún día tal vez las personas se den cuenta de lo cobarde que soy y me maten. Seguí con mi tarea hasta que el dolor fue insoportable. Me eché a llorar, sorbía mocos, lloraba. No quería sufrir. No, no quería hacerlo. Pero... —¿Qué solución tenía? ¿Cómo dejar de ser tímida? ¿Cómo dejar de sufrir? ¡Es imposible cambiar de un día para otro?

Vi que la puerta de el baño se abrió. Y noté por el rabillo de el baño que entró Maia, junto a sus amigas. Rápidamente me levanté como pude y puse el pestillo. No quería que entren justo a mí inodoro por error. Si descubrieran mi secreto, creo que me moriría. Realmente... ya moriría de humillación. Se darían cuenta de lo que provocan.

—¿Pueden creer que se fue llorando de el salón? ¿Quién hace eso? —empezó a hablar Kira.

—Los cobardes, los tontos... se me ocurren un montón de palabras —dijo Cassidy— Yo pienso que no es nada inteligente. Digo, con su tarea nos fue excelente, pero...

—Pero es tonta y no se sabe defender —dijo Maia mientras se maquillaba los ojos— Pero ahora hay cosas más impotantes que hablar de esa rara —dijo Maia nuevamente —¿Se dieron cuenta de lo atractivo que es el chico nuevo?

¿Chico nuevo? Me sobresalte. ¿Cuánto tiempo llevo encerrada aquí? Quizás... ya era hora de la salida, y yo seguía aquí. Definitivamente, me ganaría un castigo. Pero... ¿qué importaba?

—Sí. Es un rubio jodidamente caliente —respondió Kira.

—Obviamente será mío —respondió Maia— Creo que ya viene siendo tiempo de que todas tengamos novio —dijo con tono arrogante —No por nada somos las más perfectas de el colegio.

Sentí una campana sonar y las tres salieron, dejando la puerta abierta. Observé mi manga y estaba sangrando demasiado. Menos mal que tenía mi mochila en el suelo de el baño. Quedo toda mojada, lo cual me dio asco, pero la levanté como pude y vi mi manga, estaba ensangrentada, era asqueroso. Abrí mi mochila, saque un poco de papel confort, me saque la camisa sucia, y me vende el brazo con papel confort.

—¡Ay! —dejé escapar un pequeño grito. Ardió demasiado. Eso sí que era insoportable. 

Y después de curarme, con sumo cuidado, me puse la camisa nueva. También de manga larga. Luego me levanté como pude, y me pare del inodoro. Abrí la puerta. Me sentí mareada. Tomé un poco de agua, y al ver mi expresión, vomité. Creo que llorar toda una mañana, y cortarse, no son cosas muy inteligentes. Estaba mareada, estaba destruida. Quería ir a casa. Lavé mi cara y salí de el baño como pude.

Ya no había casi nadie, me sentía demasiado mareada. Llegué al estacionamiento de el colegio, con suerte podía caminar. Mis piernas temblaban. Sentí que alguien me llamó. Me volví como pude.

—¿Ally? —preguntaron. Distinguí a un rubio. ¡Mi nuevo vecino! ¿Acaso ya había muerto? —No te vi en todo el día.

—No... —apenas pude responder, y me sentí desfallecer... todo se volvió negro.

Continuará...