La decisión de ayudar a Ross.

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Me perdí por un momento en los ojos de color avellana de mi encantador rubio, pero vi que sus ojos me miraban con ansiedad, entonces caí en cuenta de que él estaba impaciente porque esperaba una respuesta.

—Ross, te puedo asegurar que eres una persona estupenda, y no es ninguna mentira el hecho de que te quiero mucho —dije con sinceridad. Lo quiero mucho, tal vez también me gusta, pero no podría decirle eso en voz alta, porque moriría de pena— Pero no te quiero dar falsas esperanzas, por ahora crees que te gutó, pero sé que me dejarás sola más adelante. No nos lastimemos.

—Nunca te dejaría sola, las personas que te dejan sola no saben lo que se han perdido.

—Quizás han tenido sus razones. Nada es eterno.

—Tienes razón, nada es eterno. Pero el amor verdadero puede llegar a serlo.

—¿Así es cómo dices que la terca soy yo? —pregunté ya cansada de el tema.

Ross simplemente empezó a reír, al parecer mi comentario lleno de sarcasmo fue el mejor chiste que ha escuchado en toda su vida. Yo simplemente rodé los ojos y me limité a permanecer en silencio por el resto del camino a casa. Ross encendió la radio, y respetó el silencio en el que yo quería estar.

Al llegar a casa, bajamos del auto, y nos quedamos en silencio.

—No quiero que te vayas —dice él— ¿Por qué no vienes a mi casa un rato?

—Me parece una buena idea...

Ross sonríe, y yo lo sigo. Llegamos a su casa y simplemente subimos hasta su habitación, donde yo me siento en su cómoda cama y él también, muy cerca de mí.

—Al final me uní al taller de fotografía —dice Ross— Amo la fotografía, es una de mis pasiones y para mí suerte mi madre la acepta.

—La fotografía es algo muy lindo.

—A mí me gusta porque con una foto puedes contar una historia. Por ejemplo, si te tomó una foto a ti, puedo contar la historia de una chica hermosa.

Rodé los ojos. Él nunca podía dejar de ser lindo conmigo, y a pesar de que amo que sea así, también me pone bastante nerviosa, es obvio que Ross sabe como coquetear, lo que me hace pensar: ¿qué hace perdiendo el tiempo conmigo?

—Yo me uní a un taller parecido al tuyo —digo para cambiar de tema— Estoy en el taller de dibujo.

—¿Dibujas?

—No soy una experta en el tema, pero es algo que me gusta y es una buena forma de no estar tanto en mi casa.

—¿No te gusta estar en tú casa?

—La verdad es que no, no me gusta mucho estar en mi casa.

—¿Por qué no?

—Mi mamá y yo no tenemos una relación muy buena —respondo frunciendo el ceño. La verdad es que yo adoro a mi madre, pero es una persona con la que no me llevó bien, porque no es como una madre. Pero haría cualquier cosa por ella, porque la amo.

—Entiendo... —Ross parece pensar— ¿Entonces estás en el taller de dibujo?

—Sí, estoy en ese taller...

—¿Me regalas alguno de tus dibujos?

—¿Quieres que te regale un dibujo? —eso sí que me tomó por sorpresa. ¿Por qué Ross querría un dibujo hecho por mí?

—Sí. Quiero que me des un dibujo realmente hermoso.

—Lo haré, pero cuando sea el momento necesario.

You are Beautiful.Where stories live. Discover now