¡Castigadas! Y... una tarde con Ross.

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Raini y yo estábamos en estado de shock. Yo sabía que Maia era una persona terriblemente cruel, despiadada y malvada, sabía bien que no tenía límites. Porque cuando quería algo, hacía lo que sea con tal de obtener resultados, obviamente estaba completamente enojada ya que sus planes habían fallado, debido a que yo no fui por la cámara de Calum.

Raini suspiro y negó con la cabeza en repetidas ocasiones, evidentemente la pobre no entendía nada de lo que estaba ocurriendo.

—¿Qué se supone que hicimos? —preguntó Raini.

—¡No te hagas la tonta! —gritó Maia, se veía demasiado exaltada. Eso me hizo retroceder un poco —¡Sabes perfectamente lo que hicieron!

—Si lo supiera no te estaría preguntando.

—Niñas... —intervino la directora —Hablemos de esto con calma, vayamos al salón.

Las cuatro comenzamos a caminar en camino a nuestro salón. Algunos curiosos nos estaban mirando fijamente, y es claro... todo el mundo ha dicho que "la curiosidad mató al gato".

Al llegar al salón la directora se quedó parada mirando a Maia, como dándole la señal de que ya podía hablar.

—Ellas robaron mi celular y audífonos —Maia nos miró de manera retadora.

—¡¿Qué?! — gritamos Raini y yo al mismo tiempo.

—Maia, esa es una acusación muy seria. ¿Tienes prueba de ello? —preguntó la directora mirando aún a Maia.

—¡Claro que no las tiene! —dijo Raini cruzándose de brazos.

—Las tengo —respondió Maia, desafiando a Raini con la mirada. Si las miradas matarán, claramente ambas habrían muerto en ese preciso instante.

—Explica bien lo que quisiste decir —la directora suspiro y tomó asiento. Nuestra directora no era para nada una mujer joven.

—Ellas se quedaron en el salón solas nientras todos los demás hacíamos deportes. Es obvio que fueron ellas.

—Pero tienen mi autorización —explicó la directora —Eso no es prueba suficiente, Maia.

—¡Esto es ridículo! —Raini suspiro cansada, mientras movía sus brazos con evidente frustración —Si tantas pruebas quieres, simplemente abriremos nuestras mochilas y podrá ver que no hay nada.

—Me parece perfecto —dijo la directora. Pude ver como Maia se cruzaba de brazos mientras asentía. Tuve el presentimiento de que las cosas no saldrían nada bien.

—Raini... —susurre. Pero ella ni siquiera me miró.

—¡Ahora no, Laura! —dijo comenzando a caminar hacia su mochila.

En ese momento me dí cuenta de que Raini era una persona demasiado impulsiva, su carácter es fuerte y no se deja amedrentar por nadie. Es todo lo contrario a mí, es de las personas que no se dejan pisotear. En ese momento... sentí envidia por Raini, a pesar de su evidente problema de peso, ella tiene la personalidad que yo siempre he deseado.

Raini abrió su mochila y en ese momento unos audífonos cayeron al suelo, ella abrió la boca y fulminó a Maia con la mirada. El enojo que irradiaba daba miedo, podía traspasar cualquier frontera.

—¡Tú! —Raini se acercó a Maia tomándola de los hombros, su enojo la estaba traspasando —¡Fuiste tú!

Maia se separó moviéndose delicadamente, se hizo la asustada y se acercó a la directora.

—¡Se lo dije! —gritó Maia.

Maia me miró por un momento, gracias a su mirada yo simplemente retrocedí unos pasos, hasta chocar con la pared. Sentí tanto miedo, que en ese preciso momento me pude haber hecho pipí.

You are Beautiful.Where stories live. Discover now