Confesiones.

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Entonces la puerta de la habitación de Ross se abrió, y pude ver como se adentraba Stormie, tenía sus manos cruzadas, estaba enojada y simplemente negaba con la cabeza. Algo raro ocurría, ¿por qué se enojaba de ese modo? Realmente... sólo estaba tocando guitarra, lo cuál... no es nada de otro mundo.

—Mamá... —dijo Ross, fingiendo sorpresa —No te sentí cuando entraste —explicó dejando la guitarra de lado.

—Ross, estabas tocando guitarra un día de semana.

—Lo sé, pero...

—¡Pero nada! —gritó Stormie —Sabes que no puedes tocar música, la música es simplemente una perdida de tiempo, no puedes vivir de ello, es un pasatiempo y sabes que sólo puedes tocar los Sábados, pero no los días de colegio.

Ross suspiro y asintió levemente.

Ahora podía entender bien todo. Realmente Ross amaba la música, la música era su pasión. Pero es una pasión que no podía llevar a cabo, porque su mamá se lo tenía prohibido. Es tan triste ver que muchos chicos no pueden seguir sus sueños por culpa de sus padres. Eso me decepciona mucho, aunque también es triste que tú madre no se preocupe por tú futuro, como es mi caso.

—Lo sé, madre —dijo Ross después de un largo silencio que se volvió eterno.

—Ross, no quiero que te enojes conmigo —su madre se sentó al lado de él, en lo que Ross movía la guitarra lejos —Quiero que seas un chico culto, quiero que te dediques a algo que realmente te sirva. Porque la música es sólo una perdida de tiempo.

—Pero es algo hermoso —se defendió Ross —Tengo el talento necesario.

—Puede que lo tengas, pero las posibilidades de triunfar son una en un millón —explicó Stormie —Además, los músicos algún morirán. La fama no dura para siempre, en cambio un título te servirá para toda la vida.

—Pero...

—Pero nada —Stormie se levantó y amarró su cabello en una coleta de cabello alta —Te quiero mucho hijo. Espero que entiendas que lo hago por tú bien.

—Sí, te entiendo —suspiro Ross levantándose —Estaré haciendo mi tarea —dijo tomando su mochila.

—Claro, yo iré a preparar la cena —dijo Stormie —Nos vemos.

—Nos vemos.

Stormie salió, y Ross se levantó corriendo, fue a la puerta y puso pestillo. ¡Esperen! ¿Por qué pondría pestillo? No lo entiendo.

—Ross... —abrí la puerta del armario y salí, me senté en la cama con él.

—Ahora ya sabes mi secreto, por esa razón no me gusta hablar de la música —respondió cruzándose de brazos —Supongo que te reirás.

—¿Qué dices? —pregunté incómoda, y algo confundida.

—Supongo que ha de ser divertido que mi mamá me prohiba luchar por mis sueños, ¿o no? —Ross enarcó una de sus cejas —Sé que es tonto, pero...

—Pero... —lo interrumpí —Tú madre te quiere, quiere que tengas un futuro interesante. Supongo que de cierto modo, sólo te está cuidando.

—Mm... —Ross suspiro y se levantó —No me gusta que se preocupe de ese modo, quisiera poder seguir mis sueños.

—Puedes hacerlo —respondí levantándome junto a él. Él me miró con el ceño fruncido.

—Nunca podría hacer algo en contra de mi madre.

—No es necesario —sonreí ampliamente —¡Tengo una idea fabuliciosa! —sonreí de nuevo.

—No creo que esa sea una palabra —rió él —Y si lo fuera, no es como para describir un plan.

You are Beautiful.Where stories live. Discover now