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Renjun sabía que debía hablar con Jaemin.

No podía seguir pensando en Jeno de aquella forma cuando al volver a la realidad Jaemin lo miraba con las más lindas sonrisas en su rostro.

No era correcto que lo hiciera, debía detenerse.

Su mayor problema no era gustar de dos personas, no, ni siquiera que se tratara de Jeno.

Temía que Jaemin no fuera a entenderlo.

¿Qué iba a pasar entonces?

¿Y si Jaemin terminaba con él?

Le pedía a quien fuese, que por favor lo escuchara y no permitiera que eso pasara.

Tomó una bocanada de aire, acercándose a la mesa donde su novio y uno de sus compañeros lo esperaban. Dejó un beso en la mejilla del menor, guardando silencio mientras terminaban de estudiar.

Jugó con su teléfono, mandando algunos mensajes a Jeno, diciéndole que finalmente hablaría con Jaemin.

Mordía sus uñas sin poder detenerse, mirando por la ventana de la cafetería para poder distraerse, pero nada de eso servía.

Cuando finalmente los chicos guardaron sus libros, y Hyunjin se despidió de ambos, Jaemin se giró completamente en dirección de su novio con una preciosa sonrisa.

— Perdón por hacerte esperar, ¿Quieres pedir algo antes de irnos? — Preguntó haciendo cosquillas en el mentón del mayor.

— Estaría bien. — Asintió con su cabeza mientras sonreía.

Fueron hasta el mostrador, pidiendo bebidas para ambos.

Mientras esperaban, Jaemin le contó sobre sus últimos días, pues su padre y él ya habían vuelto a vivir juntos. Al parecer todo marchaba bien, ambos salían temprano para trabajar y estudiar, por la tarde se encontraban para cenar, y si quedaba tiempo, veían algo de televisión mientras conversaban.

Renjun estaba aliviado, no podía imaginarse cómo hubieran sido las cosas si Junmyeon no hubiera decidido irse de casa también, probablemente su novio estaría demasiado triste como para siquiera ir al asilo.

Aunque sí había estado yendo muy poco, pues entre la mudanza, la universidad y los problemas con su madre que lo dejaban concentrarse muy poco, nuestro pobre Jaemin con suerte si tenía tiempo para cuidar de alguien más.

Pero parecía que finalmente las cosas iban tomando forma de nuevo, y eso lograba tranquilizar un poco más al pelinegro.

— ¿Estuviste estudiando también? — Preguntó el menor cuando ya caminaban camino a su casa.

— Sí, Yangyang tenía un par de cosas que hacer, así que terminamos temprano. — Le dio un sorbo a su té frío. — Y por supuesto que ese par de cosas tiene nombre y apellido.

— Parece que van en serio, pero Hendery se ve como un buen chico. — Dijo con una sonrisa el menor.

— Está loco. — Bufó el mayor. — Pero a Yangyang le gusta, y aunque está demente, se porta bien con él.

— ¿No supieron nada más de Ten?

— Yangie me contó que intentó hablar con él, le envió mensajes diciendo que estaba arrepentido y bla, bla, bla. — Rodó sus ojos. — Estaba ebrio cuando lo hizo, así que lo mandó al demonio, y lo bloqueó. — Se encogió de hombros.

— Al menos no cayó por él de nuevo.

— Lo hubiera golpeado. — Sorbió de su vaso una vez más. — ¿Qué? — Preguntó al notar la mirada de Jaemin sobre él.

friends; norenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora