friends; norenmin

d i e z

Sus ojos inspeccionaron la cafetería en cuanto cruzó la puerta, maldiciéndose por haber llegado tan temprano al ver sólo a Renjun sentado en uno de los sofás más alejados. 

Se dirigió al mostrador rápidamente, con la esperanza de retrasar su encuentro con el mayor, pidiendo su café favorito y el pastel favorito de Renjun, esperando a un lado del mostrador cuando la chica detrás del mostrador le tomó la orden. 

Revisó su teléfono sólo para tener algo con lo que distraerse, releyendo una y otra vez el mensaje que Jaemin había mandado más temprano donde pedía que se encontraran. 

Intentaba averiguar la dirección de la conversación que tendrían en cuanto Jaemin llegara, pero era imposible saberlo con el mísero mensaje de  "Me gustaría que habláramos". 

Lo más cómico era que Jaemin había hecho un chat grupal con un título tan extraño, y no había dicho más que eso, el lugar lo había elegido Renjun, y él la hora, calculando que Jaemin había dicho que estaría en el asilo después de la universidad. 

Así que ahí estaba ahora, caminando con un vaso de cartón en una de sus manos, y un brownie con almendras guardado dentro de una bolsa en la otra mano, yendo hasta el casi pelinegro que estaba tan concentrado dibujando en su tableta, que ni siquiera notó cuando Jeno se paró del otro lado de la mesa en la que estaba. 

— Mierda. — Murmuró cuando escuchó a Jeno carraspear cerca de él.— Dios, Jeno, ¿No puedes presentarte como la gente normal?

— También me da gusto verte, Injun-ah. — Bufó, sentándose en la silla frente a la mesa. — Te traje un pastel, pero ya que me insultaste por hacer literalmente nada, voy a guardarlo para Jaemin. — Dijo mostrando el sobre de papel, para después guardarlo en su bolso. 

— Lo siento, estaba concentrado. —  Suspiró, tomando el lápiz digital que se había resbalado de sus dedos. 

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó volviendo a dejar el pastel sobre la mesa, acercándolo hasta el mayor. 

— Unos proyectos de la universidad. — Dijo apagando la tableta, dejándola a un lado para comer el brownie. — El jefe de nuestra carrera está buscando una propuesta para cambiar la imagen de la facultad. 

— Uh, ¿Puedo ver? —Renjun tomó la tableta, extendiéndola hacia el menor mientas él seguía comiendo. — No están mal, se ven geniales. 

— Son horribles, Jeno, aún no tengo nada bueno. — Se quejó, recibiendo de vuelta su tableta, guardándola en su bolso junto con el lápiz. — Like y dejo la carrera, ya estoy harto. — Bufó, haciendo reír al menor.

— Nunca entendí porqué no aplicaste a Bellas Artes, era lo que te gustaba. 

— Porque soy imbécil. —  Tragó el trozo de brownie en su boca. — Estoy considerando cambiar de carrera, estuve preguntando, algunos de mis profesores creen que podría convalidar algunas asignaturas, pero aún lo estoy pensando, tengo que hablar con mis padres. — Dijo mirando sus manos llenas de migajas. 

— Inténtalo, no creo que sea difícil conseguir estar becado de nuevo. — Alentó, sonriendo cuando Renjun lo miró con sus ojos brillantes. 

— Sí... No sé, es que... Me gusta mi carrera, pero no es lo que yo quería. — Se lamentó. 

— Está bien, todos nos podemos equivocar, y aún tienes tiempo para volver a intentarlo. — Consoló, sin dejar de sonreír, contagiando al mayor. 

— Jeno... — Mordió su lengua, callando las estúpidas palabras que querían salir de su boca. — Nada, olvídalo. — Tomó su vaso de café olvidado en la mesa, dando un largo trago. — ¿Cómo estás?