friends; norenmin

q u i n c e

Jaemin vio a su novio alejarse de Jeno, dándole una corta mirada al pasar por su lado antes de entrar al supermercado. Con un suspiro entró también, dejando al pelinegro atrás. 

Tomó uno de los carritos, yendo directamente a buscar las verduras que hacían falta. Renjun también estaba ahí, quien al verlo, sólo dejó las cosas que había tomado dentro del carrito para después cambiar de dirección. 

— No podemos hacer las compras así, Hwang, yo no sé qué es lo que falta. — Se quejó, siguiendo a Renjun por el pasillo. 

— Sólo busca los vegetales, hay carne suficiente, así que buscaré arroz y algo para beber. — Se encogió de hombros. 

Jaemin bufó, obedeciendo al mayor de todas formas, tomó algunos otros vegetales, empezando a recorrer los pasillos sin tener idea qué más buscar.

Cuando llegó al pasillo de los snacks, se encontró con un concentrado Jeno mirando unos maníes. Tragó con fuerza antes de acercarse.

Él no quería lastimar a Jeno, pero estar con él se sentía tan bien que lo hacía sentir aún más confundido.

Todo lo que había sentido la noche al besarlo no podría olvidarlo por muy ebrio que estaba.

Había sido tan similar a la primera vez que besó a Renjun, su corazón vuelto loco al ver esos brillantes y tiernos ojos del pelinegro, con una sonrisa tan linda que le provocaba dejar miles de besos ahí. 

¿Eso quería decir que le gustaba? 

Tenía tanto miedo de lastimarlo con una respuesta incorrecta, sin embargo, Renjun tenía razón, él iba a lastimarlo si seguía haciendo esas cosas cuando aún estaba inseguro sobre el significado de sus sentimientos. 

— ¿Qué es eso? — Preguntó mirando lo que Jeno leía. 

— Maní con miel, ¿Crees que sean buenos? — Lo miró por un segundo, girando el envoltorio del maní para enseñarle la imagen. 

— Tal vez, llévalo y lo probaremos. —  Se encogió de hombros. 

—  Olvidé traer mi billetera. —  Frunció su nariz, volviendo a dejar el maní donde estaba. —  ¿Faltan muchas cosas? ¿Dónde está Renjun? —  Miró a su alrededor, buscando al mayor con la mirada. 

— No lo sé, de seguro murmurando cosas contra mi en algún pasillo. — Suspiró, tomando el maní de nuevo para ponerlo en el carro. —  Yo lo compraré, ¿No quieres llevar palomitas o algo así? Te gustan esas cosas. 

— ¿De verdad? — Preguntó con una sonrisa. — Mira estas, las probamos una vez en mi casa, no las había vuelto a ver. — Dio unos cuantos saltos hasta llegar a las palomitas, tomando unas con caramelo para enseñárselas a Jaemin. —  ¿Podemos llevar estas dos? —  Le preguntó mostrándole unas con caramelo y unas comunes. 

— ¿Crees que sean suficientes? —  Dijo tomando las palomitas en sus manos, tomando otras más para después dejarlas en el carro. —  Oh, mira, estas son las papitas que le gustan a Renjun. — Tomó unas papitas de envoltorio rojo, mirándolas un momento antes de ponerlas en el carro también. 

— ¿Vas a sobornarlo para que ya no esté molesto?

— Oh no, eso no funciona con Renjun. — Negó con su cabeza. —  Tal vez consiga que deje de huir de mi, pero seguirá molesto. 

— Jaemin, yo no creo... ¡No, mira esto! — Se interrumpió a si mismo, tomando entre sus manos unos dulces en forma de frijoles de todos los colores. — Son como los de Harry Potter. — Se los mostró al menor, quien se había acercado a ver de inmediato, poniéndose justo detrás del mayor.